Quien pintó a
san Cristóbal esos ojos
estuvo
trabajando con Picasso
y le enseñó
bocetos y dibujos
formados sin
pensar de un solo trazo;
supo también
que el arte es invención
que no se necesita ver al lado,
que a veces
el futuro y la belleza
en nuestra
mente está y en nuestras manos,
como si el
tiempo entonces no pudiera
controlar lo
que somos, lo que amamos,
que más allá de
lo que está o tenemos
es un misterio al
fin lo que logramos.
La verdad que
barrunto es bien sencilla:
no sabemos quizá
lo que llevamos.
San Cristóbal, en la Sala Várez Fisa del Museo del Prado (Madrid) De un retablo de finales del siglo XIII |
Realmente muy moderno, su San Cristóbal rubicundo y que dejó de ser santo hace unos años.
ResponderEliminarPara acompañar su poema de la incertidumbre:
"El fin es hermano del comienzo. Parte y encontrarás lo que dejaste aquí, esperándote". M. Darwish
El agua donde sumerge las piernas es magnífica. Gracias por situarlo en su contexto.
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