No son, bien lo sé, los más adecuados para el atardecer de las playas o las noches de verano; pero me acaban de llegar y he de cumplir el rito, el placer y la obligación de su lectura, que iré mezclando con textos de creación, clásicos y modernos.
El primer título es el de un impetuoso y joven cervantista, que ha derrochado todo tipo de ideas en De amor y literatura: hacia Cervantes (Vigo: Academia del Hispanismo, 2012, 545 págs.)
Un excelente crítico granadino, Miguel Ángel García, profesor de aquella universidad, se ha atrevido con un complejo, rico panorama, en La literatura y sus demonios. Leer la poesía social (Castalia, 2012; 426 págs.), del que espero hablar más despacio en otro momento.
Y en fin, un grupo de hispanistas, fundamentalmente italianos, han publicado Difícil cosa el no escribir sátiras. La sátira en verso en la España de los Siglos de Oro; Antonio Gargano (dir.); María D'agostino y Flavia Gherardi (eds.) (Vigo: ed. Academia del Hispanismo, 2012, 348 págs.), con trabajos de Lía Schwartz, Jesús Ponce Cárdenas, Valentín Núñez Ribera, Maria D'Agostino, Mercedes Blanco, José Maria Micó y Sara Pezzini, Begoña López Bueno, Manuel Ángel Candelas y Rodrigo Cacho, además de los editores. Allí se habla de Jáuregui, Villamediana, Quevedo, Góngora, B.L. de Argensola, Cetina y Herrera. Quevedo es el autor más comentado. El libro merece una reseña, más sesuda:
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