Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

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viernes, 2 de diciembre de 2016

fauvistas en Collioure y otras hierbas



El cuadro que encabeza esta entrada lo vendió Georges Braque, en 1907, y luego lo buscó par volverlo a comprar, porque le invadió una enorme tristeza al haberse desprendido de él. Si se atiende a la evolución de la pintura de Braque –la más rápida de todos los fauvistas, hacia el esquematismo– se entiende esa tristeza, aunque ya la bahía está enmarcada por un árbol esquemático, pero todo se ha llenado de luz.


Es una de las historias –lateral, desde luego– que más me ha interesado de la pintura de lo "fauvistas", que en estos momentos exhibe la fundación Mapfre (en Madrid), muy rica, con algunos cientos de cuadros y una salita de cerámicas y muestras de pintura en soporte duro. Bien podría haber llenado un par de museos, porque los fauvistas, como se les llamó, pintaron series extensas de cuadros, en los que domina el paisaje, el desnudo femenino, el retrato...., al comienzo todos con un aire semejante por la descomposición del dibujo y el asalto de los colores. La vida vista en un caleidoscopio.
A mí me interesaba sobremanera esa evolución, para contemplar en campo ajeno lo que estaba pasando en otros campos, particularmente en la literatura, en donde 1902 es el año de las novelas por excelencia e, inmediatamente, en años sucesivos se va a perder el hilo con la realidad y se va a descomponer el referente, preparando el estallido de las vanguardias. De modo casi sagrado, lo cumplirá Juan Ramón hacia 1914. Pero todo eso, que es bien conocido, no era lo que más me interesaba; había al menos un par de cosas más: muchos de los pintores fauvistas se reúnen, creo que el verano de 1905, en Collioure, para intentar atrapar la luz del Mediterráneo, que también asoma en lugares más emblemáticos, como Saint-Tropez o Marsella. Aunque no se diga nada en la exposición –y tampoco tendría por qué decirse– es el pueblecito a donde llega para morir, en 1939, Antonio Machado, que ha transfigurado el lugar mágico de los fauvistas en el imaginario español: Collioure es donde reposa Antonio Machado.


AM en 1905 ha escrito y publicado Soledades (se puede ver la edición de Ferreras en la vieja ed. de Taurus), y está preparando Soledades, Galerías y Otros Poemas (1907). Y Machado conocía lo que se hacía en Francia; por cierto encontraba aburridísimo el primer volumen de Proust. Machado no se escapa nunca a dotar de referente a sus poemas, y además critica –hacia 1920– lo que se estaba escribiendo entonces en las vanguardias, aunque estuviera en el consabido jurado que premió el primer libro de Alberti.
 La otra cuestión que me interesaba es la del fervor de la audiencia ante los movimientos artísticos de fin de siglo, sobremanera ante impresionistas, fauvistas, expresionistas.... antes de 1913, antes de la ruptura total con el referente. Creo que está claro: el público todavía "caza" el significado de aquello: un puerto, una cara, una desnudo, un árbol.... sí, difuminado, estilizado, esquematizado, lo que se quiera, pero cuyo referente real no se ha extraviado del todo y permite la mirada segura, entenderlo, halagando la comodidad del espectador: es arte nuevo, no es real, pero lo entiendo, es estupendo. Por esa razón acudir a Renoir, a Cezanne, a Matisse.... es una garantía de fervor del público, y por eso retornan los impresionistas y aparecen sus reproducciones en todas las salitas de estar de cualquier familia medianamente cultivada y burguesa.

Tengo que decir al menos un par de cosas sobre la exposición madrileña; la primera que, como es costumbre en este profesor con medio siglo de actividades "del más alto nivel" y siete oposiciones, no me puedo pagar el catálogo (42 euros), de manera que no sé lo que en él se dice; pero sí que he observado –lo segundo– que la mayoría de las piezas reunidas son de "colección particular", lo que valora el conjunto. De hecho, muchas de ellas no se encuentran ni siquiera "on line".


En fin, pasearse por los paisajes de los fauvistas, admirar sus damas desnudas, mirarlos en el espejo de los autorretratos.... es sumirse en un mundo estilizado y, normalmente, bellísimo, en donde todo ha conseguido escapar de la realidad y alcanzar una sazón de belleza, vida y color que solo existe como anhelo. ¿Una de las funciones del arte?
Machado dejó de escribir poesía sistemáticamente y se dedicó a pensar, es decir, cada vez menos versos y más reflexiones.



1 comentario:

  1. No me extraña que Braque quisiera rescatar el cuadro ... a mí me gustaría tener alrededor todos los de Derain. Hace años se programó una exposición preciosa, alegre y sutil -nada exhuberante- de Derain.
    Un buen contraste esta página veraniega con la siguiente del otoño en El Retiro. Es un gusto, a veces y para variar, un Retiro tranquilo y de otoño, que huele tan bien -"efecto colateral", como se dice ahora, de sus buenas fotos.

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