Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

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martes, 5 de enero de 2016

厦门 园林 植物 圆 (Jardin Botánico de Xiamen)


El viajero no dio el salto a la isla de Gulangyu inmediatamente, se detuvo un par de días, el primero para descansar, en Xiamen, la gran ciudad que mira a "Formosa" que, como siempre, había imaginado más pequeña de lo que son las ciudades en China. Me interesaba conocer Xiamen, sobre todo para cumplir con uno de mis vicios: visitar el jardín botánico, inmenso y que desde siempre había visto citado como uno de los más grandes del mundo. Dos amigas chinas, que se habían desplazado desde Yunnan, me iban a acompañar y con ellas ocupamos una jornada en visitar el botánico, a todas luces muy poco tiempo.


Los jardines de China –recuerdo los de Yangzhou y los de Suzhou entre los más hermosos que he podido ver– se caracterizan por insertar y mezclar en su interior paisajes de construcciones aparentemente naturales –con rocas y piedras–, rincones de agua –lagos y fuentes– y cierto tipo de pabellones, que se quiebran, abren y pierden entre las plantas y los árboles. Son lo contrario de un jardín puro, desarrollado libremente sin la intervención del hombre.


Así lo que vi del de Xiamen, con abundancia de árboles tropicales centenarios, bosques de bambú y de palmeras y flores de clima cálido: dominaba la buganvilla, de todos los colores, y las camelias, en su mayoría con los capullos todavía sin abrir; pero eran frecuentes todas nuestras plantas de casa, por ejemplo los geranios y las mil variedades de crotos coloreados, viviendo al aire, al lado de los ibiscos y de los enormes ficus, algunos centenarios. Son frecuentes asimismo los bonsáis. Por cierto, mantienen a las camelias poco desarrolladas, casi nunca las dejan superar el metro y medio, supongo que mediante poda. El carácter tropical del lugar se delata, sobre todo, por el desarrollo de la mayoría de las plantas, tanto de cada una de ellas como cuando ocupan y atiborran algún espacio formando macizos florales muy hermosos.



Cuando al día siguiente llegué a Gulangyu, y sobre todo al lugar de mi alojamiento, con un hermoso jardín, me di cuenta de que este paisaje ajardinado se repetía con variantes por todos lados.
De las ilustraciones –funciona mal todo el sistema que mantiene el blog–, me parecieron extraños esos eucaliptos de corteza lisa y desnuda. Y eran muy abundantes los bosques de bambú, los palmerales y las zonas cubiertas de buganvillas, así como las camelias.




















En uno de los altos del enorme Botánico, un monasterio, creo que budista, del que salían rezos y campanas al atardecer. El botánico cerraba con el día, y hube de marcharme, no sin fotografiar a los buditas modernos del monasterio y a un pilón con lotos, una de las cuales había florecido.




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