Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

martes, 26 de enero de 2016

El arte nos libera y nos identifica

Porque esa es una de las propiedades de lo que se llama arte, es decir, del producto de la imaginación humana cuando se siente libre y actúa. Sigue luego el proceso de contemplación, quizá de admiración y hasta quizá luego de identificación, que ayuda a quien contempla a "verse" en aquellas actuaciones, de muchas maneras distintas. 
He aquí una serie, con su poco de extravagancia, si se quiere, pero más o menos cierta:
Vaya primero mi autorretrato en días compungidos (lo acabo de ver en la exposición de Wróblewski):


Sigo con una de las imágenes que siempre he guardado de China, y que no sabía que la había recogido BOLUC (Palacio de Velázquez, del Retiro).

Allí, en Hangzhou (China), en un afamado museo-taller de un escultor me encontré con este excelente busto de Gabilondo, el mal rector de la UAM:


Y aquí tienen ustedes cómo mira el españolito actual el espectáculo de los políticos, sobre todo cuando avisan de que Podemos es cosa del infierno (estamos en el CNARS):


Y ahora nos vamos al Prado (exposición sobre las Furias) para seguir con el tema, pues no se trata ni más ni menos que de un votante de Podemos visto a través del vocero del PP:


En claro contraste con esta imagen poco difundida de Rajoy, que reposa en el Museo Arqueológico Nacional:


En este maravilloso montaje artístico del CNARS, que se trajo desde Basilea, lo que se ve es a un anónimo votante –indeciso o que no quiere pronunciarse– contemplado con ansiedad por las masas políticas del Congreso, del Senado y de otros lugares:


Pero no todo ha de ser negativo o tocado por la actualidad social; en este cuadro de René Daniels Jacqueline du Pré saca mágicamente el sonido para interpretar en mi cabeza el concierto de Elgar.


En Nápoles encontré mi despacho, todavía sin amueblar, en la casa del embajador de Venecia. Conservaré los desconchados de la pared.


De allí salía al jardín (Carmen de los Mártires, Granada), para mirar el rojo lejano de la Alhambra.


Velázquez me retrató en el Museo de Historia de Madrid.


Y eso que sabía que ya había perdido los amores de Isabel de Portugal –la dama que no encontré–, tal y como la retrató Tiziano, cuando ya había muerto:


Y así vamos, rebotando de obra en obra, qué duda cabe que identificándonos allí y allá, reconociéndonos en la gárgola de una fachada, el escorzo de un caminante sin cara, la pasión de un adagio melancólico, el temor del odio y el rechazo.... por los caminos de la libertad. Hasta volver a encontrarme en el lago de Hangzhou –a donde voy a viajar enseguida– y recorrer sus escenarios poéticos, identificándome con quienes allí escribieron hace más de ochocientos años:



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