El nuevo curso acarrea una oleada de libros nuevos, de valor muy distinto –abundan los de tema catalán, incluyendo muchas reimpresiones–. Entre los que he visto o me han llegado (imposible leer todo) selecciono, primero, la pequeña monografía sobre textos históricos que ha reunido Laura Rodríguez, muy bien organizada, presentada y editada, en torno a las erupciones de Vesubio en 1631 y al texto que en Nápoles se editó en 1632, con la inclusión hasta de un epígrafe en el que se trata del nuevo léxico "vulcanológico". Una nota curiosa entre muchas: procura mantener la puntuación del texto editado (de 1632).
Una edición nueva de Castillo Solórzano, Noches de placer, de 1632, con amplio estudio previo. La reunión de trabajos menores de José María Micó.
La monografía –un tanto superficial, más para escaparate que otra cosa– de Víctor García de la Concha sobre la Real Academia Española, a la que dedicaré otra entradilla breve, ya que desmerece, y mucho, de la que ya teníamos de Alonso Zamora Vicente. Muy interesante por el tema que aborda, el libro sobre las jácaras de María Luisa Lobato, que habrá de recibir recensión más demorada y sesuda....
Me gustaría terminar con La voz en pie, breve conjunto de poesías de Gracia Morales (en Granada, Dauro), que acomoda el verso conversacional a la vida cotidiana y circunstancial, pero que dota a esa existencia de densidad, sensibilidad y compromiso, escorzo que no es fácil de realizar sin incurrir en el pastiche o la grandielocuencia.
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