largo de Haendel
para el descenso
que sube poco a
poco a la montaña
donde el aire
que viene de tan hondo
los perfumes
enreda entre las ramas
y allí exhala y allí mueve y allí cobra
torbellinos de luces
que se enlazan
y allí decide sin saber que espera
dispersar qué tan lejos lo que guarda
alto el
descenso y el camino largo
manos heridas
que no llevan nada
aun así todo y
más tiene el olvido
allí mira y allí queda y allí canta
y allí deja en
silencio las
canciones
fragor de sombras
que por fin estallan
Es bello.
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