Me voy tres días a mezclarme con versos en la vigésimo octava edición del "Marché de la poésie", en París. en donde en esta ocasión habrá poesía inglesa, francesa y catalana... con cosas tan curiosas como la poesía de Ramón Lull interpretada como RAP, más otros grupos musicales, recitales, cine... De manera que descuidaré este cuaderno, pero traeré información fresca sobre poesía en la calle, en la gente.
La información se puede recabar en estas dos direcciones:
28e Marché de la Poésie : 17-20 juin 2010
Le 28e Marché de la Poésie se tient place Saint-Sulpice (Paris 6e) du jeudi 17 au dimanche 20 juin 2010.
L’invité d’honneur est la poésie catalane.
La Périphérie du 28e Marché de la Poésie a commencé depuis le 20 mai et continue durant tout le mois de juin.
La documentación más completa se encontrará en http://www.poesie.evous.fr/Dossier-completdu-28e-Marche-de-la.html
He vivido algún tiempo en Francia, más de un año en Saint Malo, una de las ciudades más (¿qué adjetivo pondría?) peculiarmente hermosas que conozco, y otras temporadas en ciudades distintas, sobre todo en París. Creo que, como para todos los españoles que viajaban frecuentemente a Francia, el territorio vecino sigue teniendo el hechizo de una cultura mimada y distinta, que se materializa en el detalle que valora y cuida lo propio continuamente: paseos por las viejas librerías, paradas en las plazoletas, balcones floridos, jardines y calles majestuosos, restaurantes minúsculos de tamaño, pero decorados con la sofisticación de velas, manteles, denominaciones...; rincones artísticos leves para que la mirada los engrandezca. Y así en casi todos los aspectos, por más que la erosión de la llamada "globalizacion" también avance allí, sobre todo en las grandes capitales.
París, La Butte
Si pasas por noviembre alguna tarde
no dejes de decirle que le añoro
que recuerdo el paseo de los tilos
del boulevard Auriol en el otoño
que recuerdo las largas avenidas
cuando invierno
dejaba poco a poco
sin la alfombra dorada de las hojas
crujiendo a nuestro paso.... que le añoro
las hojas secas del jardín lejano
versos parecen de un lugar remoto
que vivió su parís sin darse cuenta
de que era inútil pretenderlo todo
prendido en unos versos de Verlaine
habrá vuelto a París el viejo otoño
II
Aquellos días grises de parís
otoño en las largas avenidas
monts souris solitario la butte aux cailles
tantos paseos con desconocida
de ojos azules corazón ausente…
de grace, eloignez vous, madame no quiero
que no quiero vivir abandonado
ni volver a pasar por las ventanas
del hospital donde murió Vallejo
en Denfer-Rocherau mientras caen las hojas
del tiempo del otoño los recuerdos…
y llenas de vacío mi alegría
para dejarlo entre las hojas muertas
cuyo destino nunca comprendimos
otoño en las largas avenidas
monts souris solitario la butte aux cailles
tantos paseos con desconocida
de ojos azules corazón ausente…
de grace, eloignez vous, madame no quiero
que no quiero vivir abandonado
ni volver a pasar por las ventanas
del hospital donde murió Vallejo
en Denfer-Rocherau mientras caen las hojas
del tiempo del otoño los recuerdos…
y llenas de vacío mi alegría
para dejarlo entre las hojas muertas
cuyo destino nunca comprendimos
¡Qué suerteeeeeeeeeee!, presentía que iba a tener un feliz día, ¡se va a Francia!. Como dice siempre mi madre, ya muy mayor y del alto Ampurdán, cuando uno pasa la frontera a Francia ¡a uno se le ensancha el corazón!. Espero que vuelva con el suyo amplio, a rebosar de dicha y con más cosas para amar y un poco menos para odiar. También allí beba buenos vinos, olvide un poco a Quevedo, a Agustín Tinajas -que creo que hizo más por su forma de ser y su carácter que usted mismo-, y diviértase.
ResponderEliminarSaint Malo, ciudad pequeña de tan extraña geometría, es única pero en invierno debe ser muy triste y melancólica. La cercana Dinan también es preciosa ... aunque para el alma y el corazón, ¡al Medíterráneo se ha dicho!
También yo envidio esa escapadita tan atractiva, Pablo. Que disfrute usted de lo lindo, como corresponde. Bellos poemas, melancólicos. Acabo de pasear por el monte y me ha saludado el aroma de las flores de tilo, precisamente, que se abren ahora. Sólo ese perfume me ha calmado erl alma que andaba desbocada. Y ahora me alegra su viaje francés. Cuente, cuente.
ResponderEliminarEn Saint Malo, esa ciudad reconstruida sobre las cenizas de sí misma, da la impresión, sobre todo después de las seis de la tarde en que desaparecen las personas de sus calles, de que va a surgir de la esquina un correo de la resistencia francesa en bicicleta, perseguido por un par de oficiales nazis. Por momentos, Saint Malo es un perfecto decorado de Saint Malo.
ResponderEliminar