Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

sábado, 21 de septiembre de 2019

Yilan, museo de arte

Encabeza esta entrada uno de los muchos comercios de flores de Yilan, porque en ellos se ve la mayoría de las plantas que nosotros tenemos en casa, en Europa, y que para ellos son "de exterior". Y luego siguen varias escenas del callejeo por este "condado" (así se llama), en donde hay poco que ver, a no ser los continuos arrozales de los alrededores, un museo,  y la marcha de la vida cotidiana.
Las fotos recogen, además de la visita al museo, un paseo desenfadado por la ciudad: la envidia de la variedad de flores, las viejas calles, la frutería, como se hacen y fríen los churros, la estación, los árboles con su identificación, etc. Ya se sabe que en Asia, casi todas las camisas son de Adidas, Kalvin Clein, etc. y que se pueden comprar en los mercadillos por poco menos que un euro cada una.

Como en muchos lugares de Asia, las camisas siempre son de Adidas, Calvin Klein, etc. y se venden a un euro cada una
El largo recorrido por la isla (Taiwán, Formosa) ha tenido que cambiar el próximo fin de semana, desde Yilan, en donde estoy, había de ir a Keelung, en donde una expedición de españoles, alrededor de 1600, empezaron a trabajar en minas de oro, que, por cierto, aún existen. Pero hacia Keelung se dirigirán gentes de todos lados, para aprovechar playas y paisajes, llenando y encareciendo hoteles. He resuelto que viajaré a Taipei, que está cerca, a una hora, y desde la capital tomaré un tren de ida y vuelta para asomarme a Keelung y a una estación de ferrocarril junto al mar, Badouzi, recién reabierta, si me da tiempo.





En Yilan he aprovechado para ver un museo, de un retratista local de calidad (+2013) y para charlar con la gente, que es francamente cordial, pues la ciudad poco tiene que ver, cerrado el parque junto al río y a pesar de una flamante universidad. El Museo, empero, está semivacío.
A media mañana me ha sorprendido un mensaje en el teléfono con una alerta de terremoto, que luego me han explicado que era un ensayo, para que los tawayanos estén alertas: no hace ni dos años un terremoto de 6.1 destrozó a un hotel de seis plantas en Hualien, y mató a gente.


















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