El viajero ha ido a visitar el viejo fuerte de Santo Domingo, asombrosa fortificación que los españoles del tiempo de Quevedo (1600-1628) construyeron hacia el norte de la isla de Taiwán, “Formosa”. Para eso he tenido que tomar un vuelo hasta París, de allí me he trasladado a Taipéi (11 horas de avión), alojarme en Taipéi y, dos días después, ir al metro, cambiar un par de líneas, hasta el final de la línea roja (Tamsui), en donde he ido bordeando el río, con lluvias tropicales, para desviarme a los tres kilómetros, hacia el interior, lugar escondido, alto, cerca de los puertos.... en donde he recorrido Santo Domingo.
Lo ocuparon luego franceses, japoneses, etc. A su lado un nuevo hotel de muchísimas estrellas. Ahora tengo que encontrar los papeles que documentan todo lo que he visto.
El sitio es el adecuado, al Noreste de la isla y cerca de puerto; mientras los holandeses, algo más tarde, se establecían en el sur y, a la larga (hacia 1646, cuando el desastre de la Monarquía española) acabaron con los asentamientos españoles.
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