Donde los argentinos bailan tangos en Madrid -aparte de sitios más sofisticados y caros- es, los domingos por la tarde, sobre todo al atardecer, en el templete de música del Retiro, desocupado y perfecto para esta actividad de gente que, de vez en cuando, se siente extraña, ajena, lejos, y recupera con melodías el sabor de lo que extravió el tiempo y la distancia. En ese mismo lugar he visto agruparse a los chinos, a los ecuatorianos, a los peruanos.....
Madrid, rompeolas.
Especialmente los domingos, a todas horas, la gente que gusta del parque y del aire libre, la que no quiere gastar mucho dinero, la que se reúne con amigos y paisanos, la que lleva niños.... El Retiro es una fiesta de gentes que se sientan, hablan y se distraen sencillamente, cada vez más de gente venida de todo el mundo: hay parejas, hay gente sola, hay grupos, hay verdaderas colonias infantiles, hay gente que toca música, que hace gimnasia, que celebra una fiesta, que lee, etc. En ese contexto tan grato, es una pena que en la Plaza de Cataluña (detrás del lago) hayan dejado de reunirse los catalanes –solían hacerlo los domingos por la mañana– para bailar sardanas: la política nos ha envenenado a todos, lo comprendo.
En este mismo blog he comentado cómo se llenaba el templete nada menos que de una "asociación de vecinos de Qingdao", que practicaba el taichi.
Quien esto escribe piensa, cuando le da por pensar en esas cosas, que la salvación de algunas sociedades envejecidas, arrinconadas, anquilosadas en sus privilegios –como es mi barrio madrileño, San Juan– podría estar en toda ese gente nueva que llega a Madrid como si fuera un rompeolas.
Me gusta (por si echas de menos la razón de ser del magnate). Soy Elena Garcés, seguiré tu sabiduría, tu poesía y tu autenticidad por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo.