Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

viernes, 10 de mayo de 2019

BLOG RECUPERADO


Después de una larga experiencia en una de las redes sociales –Facebook–, que ha terminado como el rosario de la la aurora, este vate-investigador-sabediosqué ha resuelto no consentir que los anónimos de una multinacional le impongan normas de conducta, moralinas trasnochadas, subterfugios, derivados de la malformación del dinero y otras prebendas, etc. Y ha optado por irse, primero para recobrar algo de su libertad –algo, ya se sabe que toda no se va  a poder– y luego para seguir, en la era de las informaciones rápidas, peleando con las olas. Bien sé que caigo en otra red; pero recuerdo que en este caso era más abierta, pues la mantuve durante ocho años. Y uno hace lo que puede, es decir, no se puede escapar a su tiempo, aunque sí que puede utilizar gafas, paraguas y otros modos de defensa, que se pueden ir cambiando según se vaya apoderando de todos el cambio climático, que es cosa, como se sabe bien, de la avaricia de los poderosos, o de otro modo: del neoliberalismo galopante.

Y lo primero que irá aquí será la entrada de marras, la que provocó que tuviera que abandonar el artilugio, pues al parecer había un censor anónimo que se masturbaba con las fotos de una tribu de Namibia, y que no podía parar. En realidad era una entrada sobre el festín cultural de Madrid. Esta vez va sin censuras. Esperemos. 
Mandaré un correo a la vieja lista de amigos. Es verdad, como en algún caso me han dicho, que la gente ya no lee y que los blogs están destinados a la inercia mental que provoca la inmediatez de las imágenes; algo hay de cierto en todo eso: el universo cultural –cultura es todo lo que hace avanzar los rasgos de la condición humana– anda revuelto y no sabemos qué le fijará o si seguirá así.
Va la vieja entrada, con sus ilustraciones:

HIMBA, la tribu más bella de África y el ayuntamiento de Madrid
Así se titula la exposición de “B the travel brand”, en Madrid, que he podido ver, entre las decenas de exposiciones que a uno le llaman en Madrid, y que se inaugura hoy. En realidad en Madrid lo mejor es dejarse zarandear por lo que está pasando por todos lados, deambular por calles y lugares. Aunque veces hay en las que Madrid se constituye ella misma en centro de lo que ocurre, como pasará también a partir de hoy en “Documentamadrid 2019”, en realidad un festival internacional de cine que se derrama (Matadero, Doré, Cineteca.... y un montón de cines, lugares y barrios). Antes de que empiece este madrileño adoptivo ya ha podido ver algunas antiguas películas de Miguel Albadalejo, Ruth Beckermann... incluso otras de Tavernier, Rohmer, etc. que bien casan con el desenfreno político y cultural que sufre esta capital, que también guarda la obscenidad, la corrupción, la risa en definitiva, de todo lo que desde allí procede. Por cierto, el desenfreno cultural es sano por la parte de lo que ocurre.




Frente a las carcajadas de las Crónicas diplomáticas (2013) de Bernard Tavernier, por ejemplo, vamos a devolver momentáneamente el protagonismo a los Himbas, en un rincón desértico de Namibia, ocupados en sus cosas. También en Madrid. Lastima que el ayuntamiento de Carmena no tenga ni repajolera idea de lo que vive en esta ciudad.

Las dos últimas fotos, por cierto, son las que han provocado la censura de Facebooque, extrañamente; y no las que van arriba.

Etc, etc.etc. Ni siquiera he podido comunicar a mis "amigos" que me estaban bombardeando y que me iba. Y además ha seguido bombardeándome, castigándome y añadiendo las fotos que había dejado sin censurar:



Poco a poco recuperaré las maneras de convertir estas entradillas en depósitos de recuperación, de los que casi ni me acuerdo; por ejemplo, de la distribución de fotos, de su tamaño, etc. En realidad, al final del blog, apenas quedaban lectores. Quizá no sea lo más importante, quizá lo sea mantener un espacio creador.







2 comentarios:

  1. ¡Hola, Pablo! no entiendo muy bien ese lío de facebook, y lo siento, pero me alegro un montón de que recuperes el blog. Tienes aquí mucho trabajo acumulado, está bien que vuelvas a él ;)

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  2. Si te sirve de consuelo, a mí la única vez que el becario pajillero me censuró algo en feisbuc fue una foto de la peli La Misión, una escena conmovedora en que se ve al padre Gabriel (Jeremy Irons) portando la Custodia, rodeado por sus compañeros indígenas en la fe, con la vana esperanza de protegerlos de los balazos ilustrados y volterianos. Algunas de las acompañantes del padre Gabriel mostraban los pechos, y el becario pajillero por lo visto se excitaba mucho con esa imagen... Mi dictamen, nada científico, es que en FB tienen a gente afectada por el síndrome MMDLC, que no es una forma incorrecta de escribir 2550 sino el acrónimo de mu malito de la cabesita.

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