Recuerdo las noches de luna llena sobre el mar de Qingdao, a veces coincidiendo –días limpios– con la puesta de sol, jugando a los dorados entre la niebla, en la lejanía. La luna de Qingdao sobre el mar, la luna de Hangzhou sobre el lago, la luna de Madrid sobre el Retiro....
al final de mi
calle está la luna
diciendo no sé
qué va de amarillo
la miro con
pasión de novia nueva
embobado y feliz y algo
perdido
huele la
lluvia el bulevar se aleja
hacia la noche
oscura del Retiro
algún recuerdo
ronda el pensamiento
y alerta me
mantiene y encendido
qué difícil
será encerrarse en casa
con esa
luna en calles y en caminos
noche
abierta las sombras se estremecen
un resquicio
de luz late escondido
y yo no sé bien
qué de tanta luna
esta noche
quisiera estar contigo
[Siguen tres lunas del Thyssen, y una luna sobre la calle Soufflot, de París, sobre el Panteon]
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