I
LO QUE NO NOS CUENTAN
Porque casi en cada noticia difundida desde los lugares de costumbre (TV, periódicos, grupos de información, agencias, radios....) siempre experimentamos la sensación de que hay algo importante que se ha quedado en el tintero y que, por tanto, la noticia juega a ser tendenciosa. Por ejemplo, Venezuela, ¿seguro que la mitad de la población –la que apoya al gobierno de Maduro– es corrupta, antidemocrática, dictatorial....? Vaya. Resulta que es la clase urbana menos pudiente y la clase obrera. ¿Esa asamblea parlamentaria democráticamente elegida no hizo algo que es lo mismo que ha hecho Maduro, también democráticamente elegido, es decir, apoyarse en una argucia legal para intentar sustituir al jefe del Gobierno? ¿Maduro no ha hecho algo semejante al plantear nuevas elecciones al parlamento? ¿Por qué la TV –y en Europa, en general– se opina siempre desde la perspectiva de la oposición?
El Turismo gigantesco enriquece en un 11 por ciento el PIB del país y, en consecuencia, todos hemos de alabarlo, ¿llega esa riqueza a los camareros, pensionistas, trabajadores a tiempo parcial, temporeros, planes sanitarios de las ciudades, etc. o enriquece casi exclusivamente a grandes empresas, capitales, etc.?
Esas huelgas –escondidas o ciertas– de aeropuertos, trenes, etc. que –se dice– tanto dañan, ¿no serian de verdad remediables si la marabunta turística y el paso de la crisis llegara al bolsillo de los trabajadores, sobre todo de los que apenas alcanzan los mil euros al mes?
¿Y por qué no se dirá pública y fehacientemente qué se hizo de los robos millonarios de los banqueros excarcelados, los tramposos, los etecétera? ¿Devolvieron algo de lo que robaron?
...... Podríamos seguir y seguir. El resultado suele ser que cada ve sospechamos más que TODA LA INFORMACION que nos llega está manipulada ideológicamente.
Yo veo los telediarios de perfil, y cada vez que se difunde una noticia he pasado de creer la mitad de lo que dice, a tenerla como indicio de un montón de secretos que benefician a unos pocos.
II
Venezuela, Venezuela...
Algo
está ocurriendo allá que inquieta acá, y no solo parece una tapadera para
asuntos internos. Las viejas oligarquías se han agrupado para combatir al
chavismo, es decir, a la toma del poder, democráticamente, de las clases populares:
juegan a favor de las oligarquías las bazas económicas –falta de capital,
desabastecimiento, presión internacional, exhibición de los “modos” de sus
gobernantes (las camisas y exabruptos de Maduro, por ejemplo)….– Airean las desmañadas
maneras de los gobernantes, a quienes no se educó a base de dinero en los “colleges”
americanos o en las universidades europeas de prestigio. Basta con comparar a
las gentes de la vieja y la nueva asamblea, estos últimos con el atuendo de las
rebajas de Zara, los primeros con los trajes grises marengos de las boutiques europeas y corbatas de seda. Con las mezclas
naturales, desde luego.
Parece
que el enfrentamiento terminará con el derrocamiento de Maduro y de su gente
–como en Brasil, por otro lado– y un largo suspiro de satisfacción de Felipe
González, Soria y Catalá, quienes ya no temerán el derrocamiento del
mercantilismo: armas, petróleo, barcos, drogas, multinacionales, etc. volverán
a circular por todo el mundo, seguirá el deterioro universal de todas las condiciones
de vida, incluyendo el cambio climático, subirán su recibo las eléctricas,
seguiremos pagando las pensiones de los banqueros corruptos y Soria dispondrá
de una flota de guardaespaldas, pagados con lo que piden los huelguistas de los
aeropuertos. Nada nuevo. El mundo –diría Hernando, el vocero del PP– está bien
hecho.
Y se explicarán hasta la saciedad los errores
del chavismo, ninguno de cuyos nuevos parlamentarios estudió en Burdeos a
Montesquieu, lo que les ha permitido otro nuevo error: la sustitución de la
fiscala general y el nombramiento de un afín al actual gobierno.
Y
sí, en efecto, la llegada de Podemos a cualquier tipo de poder es el
equivalente en España al encumbramiento de los desterrados en aquella formación
social. El peligro ahora consiste en que las camisas de Pablo Iglesias –algunas
tengo iguales, como la morada a cuadros– son de HM, además de haberse paseado
ya por universidades europeas y españolas.
En
cuanto a los modales, el PP se esfuerza con las torpezas de Hernando en imitar
las “maneras” de Maduro, pero solo las maneras, claro. Vayamos a que….
Malos
tiempos.
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