El hábito de investigar

Hoy me he enterado de que no puedo formar parte de tribunales o comisiones de tesis doctorales de mi vieja universidad madrileña, en donde di clases durante unos cuarenta años y en donde, aproximadamente la mitad del profesorado de mi antiguo departamento fueron alumnos míos. Ni soy emérito ni profesor honorífico ni nada que se le parezca, y además me han negado una credencial que documente mi actividad y "vaga" pertenencia a esa universidad, sobre todo para seguir con el viejo hábito de la investigación. Incluso se la reclamé al "defensor del universitario", que se olvidé de contestarme durante cinco meses, y se quedó tan pancho, un poco enfadado cuando le recordé que se había olvidado de contestarme. Ahí se terminó la gestión. Ahora me cuelo o miento cada vez que intento entrar en algún centro de investigación.

Es el caso que mantengo el hábito de la investigación; y allí donde voy suelo visitar centros documentales, bibliotecas, archivos y otros lugares en donde se deposita la vieja sabiduría. De hecho, creo que he elaborado una guía completa de Centros de investigación y documentación en Madrid, desde luego la más completa que existe, porque los he visitado y valorado personalmente. Y la mantengo viva. Es una tarea que en algún momento habrá que completar en muchas ciudades, regiones, países....

Lo mismo hago cuando viajo fuera, tanto si es a China –haré ahora mi octavo o noveno viaje– como aquí cerquita. En Barcelona, por ejemplo, las últimas veces he ido visitando y confeccionando los lugares en donde se puede trabajar, empezando por los mayores (Archivo de la Corona de Aragón, Biblioteca de Cataluña....) Hace unos días intenté ir con mi sistema de valoración, cuatro o cinco hojas preparadas por mí, a un nuevo sitio: el precioso Palauet Casades, Colegio de Abogados, (carrer de Mallorca, 283, tiene güeb) que ocupa un hermoso palacio (de finales del siglo XIX, reconstruido a mediados del siglo XX), en donde además había un par de exposiciones, que en realidad se reducían a unas cuantas vitrinas recordatorias de figuras señeras (entre ellas la de Ramón Lull).  

Allí me ocurrió lo que en tantas ocasiones, dentro y fuera de España, el fondo antiguo no era accesible, la bibliotecaria "estaba en una reunión" y no habían entrado "on line" las fichas de libros antiguos y de manuscritos. Al menos eso me dijo la bibliotecaria con quien hablé y eso me encontré en los ficheros en los que husmee. La güeb ya avisa que se pueden consultar los fondos posteriores a 1978; pero sabido es que se trata de uno de los grandes centros documentales de Cataluña y, jurídicamente,  aun de Europa, con fondos que datan del siglo XI, incunables, manuscritos, un par de miles de impresos del siglo XVI, etc. Y Cataluña es pionera en servicios y tratamientos bibliográficos y documentales. Recordaremos a Jaime Moll, entre otros, ¿no?

Eso sí disfrute del palacio y de su empaque, así como de la sala general, en donde trabajaban unas cuantas personas. Las fotos corresponden a esa visita, que habré de repetir, quizá con "cita previa", aunque tengo pendientes otras muchas, entre ellas la del Ateneo.