蜀锦的故事
Shu Jin de gu Shi
Antigua historia la de los brocados de Sichuan....
Lo he leído en
algún lugar, y por eso he pasado parte de la mañana viendo su museo de brocados, telas,
telares.... Era una de las razones por las que se viajaba antaño hasta aquí. Y
todavía he oído decir yo a Adolfo Dominguez, hace tiempo, que viajaba a China,
con un grupo de empresarios, para comprar seda. No sé en estos momentos cómo anda ese comercio.
De seda y oro se hacían los más antiguos, y hablamos de hace más
de hace 2000 años, casi siempre confecciones para las clases privilegiadas, en ocasiones, para el Emperador y su circulo. Ya se sabe, sin embargo, que lo selecto termina por popularizarse.
He visto en algunos mapas y gráficos cuatro rutas de la
seda: la del norte, que entraba por Urumqii; la del mar, que iba costeando,
tocando incluso Filipinas, Madras y el sur de la India; la del sur y la del
interior.
La del sur, que es la que más me interesaba, termina en Chengdu y en
su camino dejaba prácticamente todas las ciudades que he ido recorriendo
últimamente: Chengdu, Xichang, Kunming, Lijiang, Dalí..... Hasta alcanzar el
sur de la India. Las rutas terminaban o se abrían a Europa en lugares bien
conocidos, antes y ahora: Calcuta, El Cairo, Bagdad, Estambul....
He reconocido y aprendido los estilos con que se trabajaba la
seda: el Shu brocado (shujin 蜀锦), que es el de Sichuan precisamente, y que se suele datar desde el siglo III ac; yun brocado(云 锦, durante las dinastías Ming y Qing); y song brocado (song jin 宋锦),durante la dinastía Song y Suzhou como centro productor, con todo tipo de ramas, mezclas y variedades; además brocados (锦 ) que trabajaron las minorías: los zhuang (壮)que pertenecen a la cultura guanxi (广西); los li (嫠 no tengo el signo en mi repertorio, creo que va mal); los tujia (土家); los miao (苗….
Con razón en mis excursiones a los pueblos de Yunnan me encontraba, todavía,
con enormes fábricas de telas, tinturas y brocados. Y en Dalí y Lijiang compre
el año pasado preciosos tejidos, por cierto exageradamente baratos, que fue mi
regalo de vuelta a quienes pude.
Es curioso, el comercio interior no mantiene en ocasiones esa vivacidad que era de esperar al tratarse de un mismo país, lo que resulta natural si se tiene en cuenta la enorme extensión de China. En Dali, me llamaba la atención la elegancia
de ropajes que la gente vestía, tanto jóvenes como mayores, aquellos mezclando
telas (pañuelos, sombreros, delantales….), y los viejos porque mantenían los
trajes tradicionales; y en Dali era frecuente los "vendedores percha" de primorosos vestidos, normalmente femeninos, por 10 o 15 yuanes (1 o dos euros). Se apostaban en los cruces de las calles y utilizaban sus brazos como perchas.
[Desgraciadamente, en las ilustraciones el vaho ha debido
afectar al foco de mi maquinilla, y ha emborronado el centro de algunas imágenes].
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