y la piel se estremezca acariciada
en tanto que el fulgor y la ansiedad
estallen al llegar a la mirada
en tanto que te llame en el silencio
cada vez que la noche abierta avanza
en tanto que te quedes en mis sueños
esperando desnuda acurrucada
y tus manos recorran en mi cuerpo
donde empieza y espiga donde acaba
en tanto que la senda de la seda
al paso de mis labios vibre y se abra
en tanto que a la cruz de nuestros cuerpos
la vida todavía se nos vaya
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