siempre estoy
esperando que alguien venga
y me diga por fin lo
que decía
mi madre que tendrían
que decir
cuando jugaba en
Palencia a los diez años
cuando volvía de
correr las peras
y sucio por la grasa de la bici
no me acuerdo muy bien
de aquel entonces
porque se fueron los
entonces como
los trigos de las
eras y aprendí
que cada quisque espera que le digan
para vivir su rato de
alegría
y agarrar como sea algún entonces
mientras tanto la
queja que se viene
y este soneto va sin
rima vaya
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