"Pero cuanto a Dios, aquel curso de cabsas çierto
es, e la çertidumbre de la providençia de Dios no empacha que este efeto no sea
casual, como si dixésemos que un ombre va a la plaça con fin de comprar carne,
e vino una teja que cayó del tejado e diole en
la cabeça e descalabrolo. Este efeto fue casual, por respeto de las cabsas
segundas, que son
el ombre descalabrado e la teja descalabrante, ca ni el ombre iva a la plaça
con intençión de ser descalabrado, mas de comprar carne, nin la teja desçendía a
descalabrar,
mas a fin que las cosas pesadas, cuando
no fallan empacho, desçienden ayuso.
Así que estas dos cabsas, perseguiendo
cada una su efeto, concurrieron en efeto
que non entendían nin la una nin la otra e, aunque este concurso a Dios fuese
ante claro e conosçido, pero concurrió con ellas dexándolas en su cabsalidat, e todavía
este fue descalabrado casualmente. Onde otro efeto es este: comprar carne e ser
descalabrado, ca comprar carne es efeto entençionado, ser descalabrado es efeto
fuera de propósito e de entençión. E con ambos efetos concurre la providençia
de Dios, con uno como intençionado e, con el otro, como casual."
El texto merece alguna explicación. El paladar del filólogo ha saboreado con auténtico deleite ese movimiento pendular de la imagen, entre metafórica y rigurosa, para explicar algo tan arduo como es la predestinación y el libre albedrío, algo que envenenaba la existencia del homo sapiens cada vez que necesitaba progresos de la inteligencia.
Durante estos días leo uno de los últimos textos que nos ha llegado para la colección de Clásicos Hispánicos, el Tratado de la predestinación, de fray Martín de Córdoba (+ circa 1476), editado con pulcritud y rigor por Sandra Álvarez Ledo. Y he hecho este alto en el camino enloquecedor del siglo de las imágenes, para hacer hueco a este oasis de sosiego filológico que nos evoca la lejanía histórica.
Para que no se diga que soy un nostálgico contracorriente, seré generoso con las ilustraciones, que también lo están siendo en ese gozoso despliegue que nos las enseña, vía los artilugios de internet. Afortunadamente ahora todo está saliendo a luz, que ya era hora, y puede uno disfrutar de los deleites de la imaginación medieval, no tan distinta de la actual.
[Las ilustraciones proceden de:
http://www.medievalhistories.com/volonteer-british-library/
https://www.facebook.com/Foliamagazine/
[Las ilustraciones proceden de:
http://www.medievalhistories.com/volonteer-british-library/
https://www.facebook.com/Foliamagazine/
... sin peros.
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