Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

miércoles, 29 de abril de 2020

coronado de virus

el tono natural de las epístolas
repele la emoción     que no proceda
de un parco pensamiento     sosegado
que controla los versos    y somete
los efluvios vitales    y vaivenes
al     modesto    rigor de casi prosa

de modo que      si llega o se aparece
en medio de sesudas reflexiones
la extraña imagen     del coronavirus
envenenando     a los que se pasean
con mocos      a hurtadillas      y con lágrimas   
habremos de mirar     bien     qué sucede
y entrar a fondo en consideraciones
y no seguir         como si nada      aunque
nos perore maroto     cada día
y particularmente    que Casado
con sus saberes de universitario
no nos espete         lo del mal poëma
porque     no está    tal horno  para bollos
ni   con el virus    vamos a perder
el tiempo       sobre todo con casado
ahora que nos dan prisa para ser
y habremos de elegir     muy bien     a quien
abrazaremos      cuando seamos libres
porque tengo un vecino     cuatro chinas    
un  par de médicos      un enfermero
la cajera del super    los que aplauden
a la ventana     el perro del anciano
también le daré un ósculo    a Marlaska
y uno largo   sentido   a salvador   
Illa     tan serio    tan formal      que no

no parece      un sociata catalán
–que mal ejemplo   que nos dio el iceta–
hombre con el que sueño cada día
y que se asoma a la pantalla para
anunciar muertos infectados    conta
giados    como este verso que he escrito
la gravedad   de salvador    serena
el magín    como la oda octava   en liras
de fray luis de león     la tempestad 
a la que sigue   la palabra    justa 
y nos dispone a resolver      las cosas        
***
los confinados      tienden a pensar
en los sillones y pasillos     mientras
vuelven a consultar   qué hay en el frigo
y si les da        por aburrirse un rato
ya que se nutre la emoción    de brumas
en las que el pensamiento    no es capaz
de resolver     lo que le envían desde
el pedestal      de perorar en público
–que así me sale    lo de los políticos–
recrean las escenas de su vida
recuerdan      imaginan    disparatan
un árbol     agitado por el viento
el ritmo      de la música nocturna
el aroma      dulzón y empalagoso
de una noche estival     mirando el mar   
la soledad     de un niño abandonado
los ojos asustados      del enfermo…
***
y así va todo en este mundo extraño
disfrazados con máscaras y guantes
hurtados a los besos y caricias
sorteando los montones de cadáveres
y aplaudiendo a las ocho de la tarde.
***
inmensidad del desconocimiento
inabarcable dimensión    humana
necesito palabras    aun más largas
donde poder almacenar espacios
vacíos     que jamás comprenderemos
acepto que los versos    sean     engendros
de la emoción      y las palabras   una
manera de traición    a la que vamos
para disimular nuestra ignorancia
de animales     heridos por el tiempo
que reconstruyen   su pequeña historia
como si todo sucediera    dentro
en un rincón oculto   del cerebro
en el momento     que nos decidimos
a imaginar     que así sería el resto
para que la armonía     tranquilice
nuestra existencia      y ni el dolor absurdo
ni la felicidad    incomprensible
impidan    proseguir    nuestro    camino
nuestro camino      que es el de llegada
la llegada     con los ojos cerrados
con los ojos cerrados     va la tarde
con su modo de ser     siempre inclinada
para que fluya    sin cesar   la fuente
de luces    que creció cada mañana
con los ojos cerrados    va    ya    todo
luces    fuego    palabras    barro   piedra
y el mar del tiempo   que     al final    aguarda









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