En este blog –se puede buscar– hay entradas sobre torrijas, que yo suelo hacer de vino o de leche. Ahí es nada para lo que hace la pastelería de mi barrio (Nunos), en la calle Narváez de Madrid, que le gusta jugar con los dulces tradicionales, ya lo hizo con los veinte tipos de buñuelos y lo hace con los turrones. De vez en cuando, confecciona dulces típicos de otras regiones.... Todo maravilloso, si no fuera tan cara. Se dice que es proveedora de la "corona", sinécdoque de caro quizá.
En el caso de las torrijas, veo las tradicionales de leche, las menos conocidas de miel, o de vino, que eran mis preferidas (juntas en la última fotografía); pero a su lado he visto que ha confeccionado una decena distinta de variedades, que se venden al peso. ¡Y las torrijas pesan muchísimo! De hecho, cada torrija se va a 3-4 euros. Ahí es nada, cuando era en verdad comida de pobre, que se hacía con el resto del pan, ablandado con leche o vino y azúcar y luego frito.
Que aproveche.
D. Pablo, si tiene oportunidad, cuando pase por esa pastelería, dígales que las torrijas no se ponen en leche flotando, pues eso solo las hace ponerse duras y correosas. La leche, por dentro exclusivamente.
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