Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

sábado, 30 de septiembre de 2017

Granada en otoño



Granada en otoño, casi un sueño. He viajado rápidamente para unirme al homenaje a Juan Carlos Rodríguez, en la Universidad. La biblioteca de la facultad de Letras, donde él enseñó, llevará su nombre, dijo la rectora durante la clausura. Yo hablé sobre el "ejército de hormigas en hilera", el verso machadiano que describe al olmo podrido orillas del Duero. JC Rodríguez se enojaba de que algún lector –muchos– no fueran capaces de ver en los textos escritos más que hormigas, manchas oscuras. Es discusión de largo alcance.


La Gran Vía Colón estaba embellecida y limpia, por su último arreglo: se han plantado gincos, rápidamente espigados, en diálogo con las fachadas, y se han ordenado plazas y calles; aunque sigue siendo excesiva la comercialización, que ya no deja ver los mejores rincones de la catedral o que ha estrechado definitivamente la espaciosa plaza de BiBrambla, con un anillo de restaurantes en vez de los puestos de flores y los frondosos tilos, que allí siguen, recogiendo vencejos. Además de los gincos, geranios y boj en los alcorques, continúan encendidos los naranjos bordes, hay cipreses, magnolios.... y un reciente metro que aliviará el ahogo de tráfico en la ciudad, eso sí que es novedad.


Al salir del Carmen de la Victoria, la residencia universitaria en la que me alojo, totalmente embriagado de su jardín y sus vistas, piso algo resbaladizo en el suelo..... son "kakis", palo santo, como los del patio de la vieja facultad de Puentezuelas o los muchos del Generalife, que se van cayendo según van madurando; también allí granados, albercas, cipreses..... y una gigantesca glicinia, cuyo tronco madre, arrimado a un muro, es centenario. Es un lugar paradisiaco, pero no se va del Carmen a la ciudad fuera del paraíso, porque se sale a la Cuesta del Chapiz, El Paseo de los Tristes, La carrera del Darro.... , allí me he sentado para dialogar con ese enorme árbol, un plátano, que bebe directamente del río y mueve la bandera de sus hojas con el color de las estaciones. Plaza Nueva, Plaza de Alonso Cano, Plaza de BibRambla.....He callejeado por allí para intentar comprar alguna pieza de Fajalauce y, sobre todo, "collejas“, azufaifas, acerolas y otros productos que solo encuentro en Granada; pero la tienda de frutas y verduras se ha especializado en turistas y ha puesto precios no por kilos, sino por gramos o porciones (2,50 la cajita de collejas; 2,50 los 250 gramos de nueces, lo que da 10 euros el kilo, es decir, casi un 60 por ciento más caras que en cualquier tienda española); algo parecido me ha ocurrido en las preciosas tiendas de especias e infusiones, que han proliferado, aún si se mantiene la más antigua y popular, callejera, junto a la catedral. 


En la Facultad de La Cartuja el bar ha abierto una hermosa terraza, desde la que se toma café viendo la vega, con la Cartuja en primer plano.

Iberia me amargó el postre con un overbooking que me obligó a esperar unas ocho horas, es decir, tarde casi lo mismo de volver de Granada a Madrid que de Shanghai a Helsinki. 

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