de vez en cuando vuelvo al roble de las penas
y me siento en un banco que
considero mío
miro al roble y escucho la
música del parque
a los pocos minutos también soy
yo el Retiro
los caminos de tierra las cercas
de aligustre
dan sombra los castaños los
laureles los pinos
de vez en cuando cruzan
paseantes solitarios
el parque está verde
sombreado humedecido
sé que quiero decirte sé que te
llevo dentro
que a la chita callando conmigo
te has venido
y en tanto me hago el tonto se
me van los renglones
y este cuatro de junio escribo alejandrinos
el roble de las penas me
mira y se sonríe
con su quietud me dice “otra vez aquí amigo”
Qué bonito, profe!
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