Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

miércoles, 23 de marzo de 2011

Recorriendo Madrid; espacios viejos e invadidos

La real fábrica de tapices, vista desde la entrada a la iglesia de Atocha
Las dos próximas entradas del Madrid histórico me están dando mucho trabajo, porque sobre ellas han coincidido la mar de circunstancias: San Felipe el Real y Atocha. El lugar histórico ha desaparecido totalmente en el caso de san Felipe, sin dejar huellas; ha dejado una estela eclesiástica en el caso del viejo convento de Atocha, que todavía cuenta con iglesia y anexos de dominicos. En ambos casos, sin embargo, se conserva una documentación riquísima, tanto de carácter arqueológico como de trasfondo literario, de manera que estoy teniendo que seleccionar mucho y rebuscar entre montañas de papeles. Algunas entradas anteriores a este cuaderno –tal la de la calle Fuentes– se explican porque recorrí de un lado para otros el lugar –en ese caso el de San Felipe– tratando de imaginar lo que hizo el desarrollo urbano; luego investigué en la literatura de la época lo que del convento y del templo se decía; un joven colega e historiador, que acaba de publicar artículo sobre el tema (F. Javier Castro Ibaseta, Mentidero de Madrid: la corte como comedia) me ha servido de guía y referente inicial, que he completado releyendo la documentación histórico que narra la destrucción de la vieja iglesia que se hizo tan famosa por sus gradas, por su mentidero. De entre los papeles encontrados, utilizaré los que guarda el Archivo de la Academia de San Fernando, que se opuso con vehemencia a la demolición del templo. Con el borrador de uno de esos informes ilustro esta entrada.
Borrador del informe de la RA de San Fernando sobre la demolición de iglesias en 1636
El otro caso viene cargado asimismo de Literatura, nada menos que nuestra señora de Atocha, que ha terminado por dar nombre a calles, barrios, estación.... y que asoma también a la literatura de la época constantemente, pues la devoción y tradición de los reyes fue siempre –y se mantuvo en la última boda– pasar por la iglesia de los dominicos para ofrecer y encomendar a la virgen de las afueras todo lo que hiciera falta. El espacio se fue complicando con el paso del tiempo, de manera que se convirtió en un impresionante cenobio, que cedió terreno –con Felipe V– a la Real fábrica de tapices y, un siglo más tarde, en un costado, al Panteón de Hombres Ilustres. 

Buena parte de la documentación histórica del conjunto de Atocha se encontrará en algún lugar que no conozco, a donde fueran a parar los archivos de la Igleisa y del convento durante la desamortización. Aun lo tengo que ver. Otra parte está en los archivos del Palacio Real; documentación interesante aparece en el AHPM. De los otros dos centros –Tapices y Panteón– hay documentación diversa. La del Panteón, que me interesó hace tiempo –pues allí se enviaron, presuntamente, los restos de Quevedo– no se puede consultar, me temo, porque está en obras; pero en ambos casos hay curiosas fuentes indirectas: los periódicos y gacetas de la época. Y ya existe la fotografía desde la tercera década del siglo XVIII, para el Panteón.
He tenido que descargar todo este itinerario metodológico para poder ofrecer, en breve, la entrada limpia de cada lugar.


Y otra cosa es la localización de las joyas artísticas que en cada lugar se conservaban.
Eso sí, en los paseos, de vez en cuando, se encuentra uno algunos remansos históricos, más recientes, llenando de gracia el barrio, como este colegio público  ("San Isidro", a la vuelta de una de las calles del convento de Atocha. ¿Lo destruirán?).

No hay comentarios:

Publicar un comentario