En cuantico pasemos de fase y otras gaitas, este menda lerenda viajará a Hangzhou, que ya lo he decidido, no hará falta tierras nuevas y gentes nuevas. Por el momento, en Madrid, han subido las cerezas a precios imposibles, y ya no llegan del Bierzo, Jarte, Huelva, Alicante... como si se las hubiera tragado la tierra. De miseria compré el otro día medio quilo, penoso, por 3,50, para no probar uno de los frutos que anunciaba el verano entre nosotros, como los melocotones de Aragón, los albaricoques, las paraguayas, los mil tipos de nactarinas y fresquillas.... Todo anda así, pues el melón y la sandía no bajan de 1,25 el quilo, cuando otrora compraba uno un melón delicioso –de Almendralejo, mismamente–. de cuatro quilos, por un par de euros.
Mala cosa lo de esta pandemia que sube tanto el precio de la fruta.
que vuelva a ser sencillo y más cercano
que tome de su lago las palabras
que se digan los nombres que sabemos
y repitan silencios si que callan
que cansado delante de la tarde
en silencio navegue la mirada
hasta ser quien apenas piensa que
sin más nadie que sepa lo que guarda
que no se quede ya que sin después
sereno dulce quieto como el agua
fundidos en un lago el pensamiento
inmersos en sentir que la distancia
que nada más alrededor se quede
y entonces sin después y sin que nada
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