Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

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martes, 11 de abril de 2017

Viaje a China, en imágenes

Estacion de trenes del este de Hangzhou
Los nuevos trenes G de la red de ferrocarriles chinos
Se ha perdido un largo texto que había redactado sobre Guilin, ciudad, en el centro de China, que recoge a miles de turistas, atraídos por las formaciones montañosas que se combinan con ríos y lagos.
La naturaleza o hizo bien, pero el afán comercial y el prurito fetichista han terminado por convertir la ciudad en un pastiche, con bombillas de colores por todos lados y focos que convierten a los árboles en fantasmas violetas. Horroroso. No hay ni un solo rincón –aunque tenga más de mil años de antiguedad– en donde no se haya instalado un tenderete lleno de las mil baratijas que uno se encuentra por todos lados.



Y los monumentos, algunos son tan caros que no merece la pena visitarlos. Cuatro lagos y dos ríos, se anuncia; y efecto, eso es, pero los lagos se han saturado de kistch y los ríos son eso, dos ríos más o menos navegables. De hecho, lo que más he apreciado de la ciudad es uno de los hermosos paseos orillas del Li, con sus árboles, los osmanthus, que dan olor y te a la ciudad, aunque su fragancia se pierda entre los pitosporos, también muy abundantes.




Eso sí, llega el tren de alta velocidad: 8 horas desde Hangzghou. Mañana haré el viaje en barco a Yangzhou, que dice que resulta más recoleta y atractiva,


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