Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

sábado, 27 de noviembre de 2010

Romances noticieros: "Naranjas busco en tus labios..."

Naranjas busco en tus labios,
hago en tus ojos cosquillas.
La tarde dejó de ser
y la noche se aproxima.
Arte de birlibirloque
se llevó lo que vestías,
¿quién me quitó los zapatos,
desabrochó mi camisa,
nos ha dejado en pañales,
que si es que vas y te fijas
–tomates en calcetines–
te vas a morir de risa?
No sé si fueron los rollings
o si los lentos de dylan,
o si fue cuando –¿te acuerdas?–,
al coincidir en las risas,
se nos fue un beso hacia dentro
y ya poder no volvía;
borrachas fueron las manos
por la ropa enloquecidas
a la caza de botones,
cremalleras y rendijas;
buscando nidos ardientes,
serpientes o lagartijas,
con la sangre alborotada
entre lenguas y salivas,
buscando arroyos en fuga,
buscando alondras perdidas,
de las que gimen si alcanzas
a apresarlas con caricias,
de las que bien no se sabe
si bullen porque suspiran,
si suspiran porque esperan,
si esperan porque precisan
que con los labios y dientes
sin piedad muerdas su huida.

Al cabo de tantas dudas,
todo se mueve y se agita,
y tus muslos y tu espalda
como el agua se deslizan
entre las manos que quieren
encontrar lo que escondían.
Buscando cauces lejanos
hete aquí que, humedecida,
la piel se abre a no sé qué,
a bien sé qué maravilla.
Allí oculto andaba todo
lo que tanto me sufría,
que eras tú cuando no estabas,
que era la pasión vacía
que en el aire se quedaba
y que luego se perdía;
pasión que viene tan cerca
que no puedo frenar su ida;
sube, punza y me desborda,
parece que es avenida
que rezuma intensidades
y sobrepasa la vida,
no sabe si la ternura
es llegada o es partida,
no sabe más que desorden,
si despacio o si deprisa.
Ya pregunta mi ansiedad,
mientras muerdo tus orillas,
por los lugares de encuentro
donde los cuerpos ardían.

Al fin que van y se abrazan,
al fin que paran la vida,
al fin que fue que allí dentro
donde se ocultan las cimas,
donde la seda se rasga
y hondo árbol enraíza
sin que le tomen tristezas
sin saber lo que sentía.

Y he aquí que aparece el mar,
soñado mar sin orillas,
que llega creciendo inmenso
y todo lo precipita.
Entonces sé más que nada,

entonces se deja y olvida,
momento de olas y espumas
que van sembrando delicias.
Reposa entonces los ojos
en mis ojos y sé y mira.
Vamos juntos donde estamos.
Abre las olas y mira.

1 comentario:

  1. Cuando naranjas se buscan en labios,
    sólo se encuentran mandarinas.
    Y un oleaje desbordado en los ojos,
    es deseo febril de besos suicidas...

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