Este viejo modelo denostado
parece ser el único lugar
que habitan las palabras en su cárcel
de angustia, de silencio, de impotencia,
el único lugar para escapar
de la red que tejieron los sentidos,
de la prisión del cuerpo cuando quiere
fugarse hacia los nombres que nos dieron,
hacia la claridad que tantas veces
suponemos que vamos a lograr,
que sigue iluminada, sigue ajena,
si cerramos los ojos y la voz
y nos negamos a escucharlas, como
si decirse pudiera de otro modo.
parece ser el único lugar
que habitan las palabras en su cárcel
de angustia, de silencio, de impotencia,
el único lugar para escapar
de la red que tejieron los sentidos,
de la prisión del cuerpo cuando quiere
fugarse hacia los nombres que nos dieron,
hacia la claridad que tantas veces
suponemos que vamos a lograr,
que sigue iluminada, sigue ajena,
si cerramos los ojos y la voz
y nos negamos a escucharlas, como
si decirse pudiera de otro modo.
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