La flor del viento que en invierno abrió
con la dorada luz de la mañana
seis voces amarillas ha espigado
en un barranco yermo de montaña
pedregales y musgos le rodean
y la nieve le espera y las escarchas
la gracia de sus pétalos no sabe
que nunca alcanzarán la madrugada
La flor del viento cimbra su corola
quiebra la oscuridad del valle y canta
los días del invierno son más breves
y las sombras del monte se adelantan
respira intensamente el aire limpio
de esta mañana azul con que te engañas
bella y limpia flor. Triste el soneto.
ResponderEliminarQué preciosos versos, gracias, de los que resuenan. La flor es optimista, pase lo que pase, luce color y esplendor. Todo lo de color azul es bonito y su "mañana" también, que uno si la ve así no se engaña: la ve así porque así es. Es lo de dentro lo que hace a lo de fuera y no al contrario. Enhorabuena.
ResponderEliminarBella variación de un tema eterno. Fluye muy bien el soneto en asonantes, arromanzado. Por ahí anda Quevedo, "y del monte quejosos los ganados / que con sombras hurtó su luz al día", si no cito mal de memoria. Lo mejor: la bivalencia de la forma verbal "respira", que parece continuar la serie en presente y tercera persona, pero que se nos convierte en un imperativo justo al final, cuando con "te engañas" se nos revela, en brusco cambio de sujeto, la admonición de raigambre barroca. Esto parece muy rebuscado, pero no lo es.
ResponderEliminaryo pensaba de modo más pedante y rebuscado, quiza en "aspice, aratra iugo referente suspensa iuvenci et sol crescentis duplicat umbras..." (cito a Virgilio de memoria).
ResponderEliminarLa flor del viento es una flor real y preciosa, que suele aparecer en verano... excepto cuando se equivoca, en lugares de montaña.
Curioso: me haces sonreír, Pablo: "excepto cuando se equivoca". Con el cambio climático no se le puede echar la culpa a las flores sino a los siniestros humanos que las hemos conseguido volver locas...por eso la equivocación; el error!
ResponderEliminarPoema realista. Me gusta la interpretación de anónimo...incluso la quevediana de "mire los muros..."; que hace poco supe fue escrita en su juventud. Esto demuestra que no hay excusa para la 'idiotez' por aquello de ser joven!
No pensaba comentar, ya que hay opiniones mucho más doctas, pero como he visto la referencia a Virgilio voy a decir que al leerlo se percibe un ramalazo pagano, un eco incluso más allá de Virgilio, a algunos líricos griegos.
ResponderEliminar"La gracia de sus pétalos no sabe / que nunca alcanzarán la madrugada"
Es de una enorme belleza, más aún al volver a retomar el tema en el último verso.