Lo de “toda la vida” no me sirve,
prefiero el jueves por la tarde en casa;
te prestaré de hache eme la camisa
y el pantalón más grande del pijama.
Creo que ya no quedan cigarrillos,
tengo las viejas pipas olvidadas;
elegiremos a medias la música:
una tú y otra yo, vale cambiarlas;
a los primeros besos que se escapen
haremos como que no hacemos nada;
tampoco vale censurar las manos
ni comentar qué tal, cuando se acaba.
Con aire displicente quizá diga:
“Podríamos volver aquí mañana”.
prefiero el jueves por la tarde en casa;
te prestaré de hache eme la camisa
y el pantalón más grande del pijama.
Creo que ya no quedan cigarrillos,
tengo las viejas pipas olvidadas;
elegiremos a medias la música:
una tú y otra yo, vale cambiarlas;
a los primeros besos que se escapen
haremos como que no hacemos nada;
tampoco vale censurar las manos
ni comentar qué tal, cuando se acaba.
Con aire displicente quizá diga:
“Podríamos volver aquí mañana”.
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