Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

lunes, 30 de noviembre de 2020

Versos sueltos en las Silvas de Quevedo,

La entrada se va a referir a todo el corpus de las silvas quevedianas -en el estado que están–, es decir, editadas a veces sin la autoridad de su autor, con una referencia bastante directa a las Soledades de Góngora, tal y cono lo ha editado Carreira, cuyo texto cito, y al Sermón Estoico, entre otras cosas. Pues todo está comprometido en el erudito estudio, en principio métrico, pero con la mar de referencias a cómo humilló el poeta cordobés a las silvas quevedianas –y a todas las que andaban escribiéndose hacia 1613. Veremos también, aunque en otro momento, la confirmación de Quevedo con el Sermón estoico.

El examen completo de estas minucias métricas lleva unas 30 páginas, que a mí me hubieran resultado insufribles, y el detalle del análisis alcanza las 70 páginas. Pero como ya he visto que nadie las ha hecho y, sobre todo, que nadie ha sacado consecuencias sobre la habilidad artística de Góngora para señalar su pericia métrica, frente a cierta innovación de Quevedo, que luego mantiene y aun acrecienta...., pues me he resuelto a publicar el resumen, con el advertimiento de que los resultados 1) pueden servir para mejorar la edición de muchas silvas, todavía en pañales, sobre todo las que no aparecieron en Parnaso; 2) también han de servir para rastrear cuándo y cómo se fueron corrigiendo, es decir, para establecer una cronología relativa.

Establezco algunas ideas previas, que son discutibles, como casi todo en la poesía de Quevedo. De hecho acabo de enviar a una buena amiga, y profesora, de Santiago, otro trabajo sobre las silvas, que habrá de publicarse (¡en 1922!) en la revista Caliope, en donde doy pie a otro tipo de cuestiones, algunas tan sencillas que el lector convendrá conmigo: Quevedo se llevó a Italia un cartapacio con las silvas, que allí siguió trabajando, viajó a Madrid en 1615 y allí leyó las Soledades de Góngora. Dejó una copia en Nápoles (probablemente porque la puso en limpio). Cuando el año final trabaja sobre su poesía, se puede considerar que da por corregidas y publicables las que aparecen en Parnaso (1648). Alderete, su sobrino hereda papeles y tareas, lo que inserta en Tres musas (1670) contiene tanto copias ya corregidas de las silvas como copias deturpadas, un montón de papeles, que todavía tengo que leer.

¿Y qué quiere decir lo de "versos sueltos" en las silvas? Pues es algo que Quevedo fue acrecentando según fue asentándose sobre el corpus de silvas. Por ejemplo, ningún verso suelto (sin rima y sin estrofa) en B201, muy temprana, que se forma con tres sextetos (13-18, 19-24, 36-41) y un quinteto lira (29-33), organizado con la apertura de tres cuartetos (hasta el v. 12) con otro que cierra (42-45) y un solo pareado (34-35). Es lo normal para el joven Quevedo, que venía de los sextetos lira, que seguirán apareciendo para conformar sus silvas, insertadas entre cuartetos y pareados. Un solo verso suelto (el 38) en B136. Ninguno en la B135,  ni en B291,  ni en B 383... Lo mismo pasa en la extensa B142, que también se abre con un sexteto lira y lleva un solo verso suelto (93). Todo este análisis puede hacerse –ya lo he hecho– más minucioso. Por ejemplo la B143 no tiene ningún verso suelto y aparece publicada solo en Tres Musas, porque el poeta quizá no acabó por corregir el v. 15 que genera un extraño octeto lira (aBbaaCaC),  que nunca utilizó Quevedo en ningún otro lugar. Curiosamente le deslumbrará Góngora con juegos semejantes, desde el comienzo de las Soledades, que se abre con estrofa de 14 versos, un septeto lira, un sexteto lira.... sin versos sueltos. 

En las que no están en el ms. de Nápoles y son más tardías aparecen cada vez más versos sueltos. En B141, que no está en BNN son sueltos los v. 15, 30 y 43. Lo  mismo que en la otra del reloj, la B141, que se abre con un verso suelto. Hubo de escribirlas para hacer juego con los otros relojes, algo más tarde. 

Compárense con las más tardías, como la B 202 (sueltos 13, 30, 37, 42, 45, 62, 65, 68, 71, 72, 83-84, 87, 93-04); o con la B204  (sueltos  4, 8, 30-31, 46, 49, 54-55, 58, 61-62, 64, 68, 78, 80, 82-83, 87, 90-91, 94, 100, 106-107, 112, 129, 135. Nunca había alcanzado tanta soltura, a no ser en el Sermón estoico, que analizaré en otro momento, en donde los versos sueltos se derrochan.  También se han de considerar despacio las que están en el taller ecdótico (Al pincel, El sueño, etc.) que se refinarán sin  duda con nuevos criterios.

El trabajo –que ya tengo hecho– abre, como dije, muchas posibilidad es a la cronología, corrección paulatina de las más, edición crítica, etc. con multitud de detalles que iluminan su tarea, y con su reacción ante esa enorme y acendrada silva que son las Soledades, que también dejo para otro momento, lo mismo que su cotejo con el manuscrito de Nápoles, que es sumamente interesante desde ese punto de vista.

Y que, por cierto, ilustra esta entrada.

Correcciones. En la silva B400, muy temprana (BNN), que aparece solo en Tres Musas, fácil es la enmienda de este sexteto, sabiendo que Quevedo no dejaba versos sueltos y su preferencia por el sexteto lira:  

de hurtarte al sol a fuerza de arboleda / y de hacer que te ignore /sed que no fuere de divinos labios; / y que de bruto y torpe pie no pueda / mientras el sol la seca margen dora / hacer a tu cristal turbios agravios.... (sencillamente ha de corregirse a "dore", en rima). 

Quevedo empieza por abrir el campo a las silvas, pero viene sobre todo de los sextetos-lira, que conforman las más, con cuartetos-lira y pareados. En aquellas más tempranas no suele dejar versos sueltos, traba todo –se siente más seguro como versificador. Poco a poco va a abriendo la silva a posibilidades  nuevas, en donde aparecen los versos sueltos, que en las más tardías duplica, incluso llega a un quinteto (en la B289, dedicada a la muerte del Duque de Osuna, véase 6, 9, 21, 24 y 29) como si así se abriera el campo al discurso libre. Para entonces ya ha leído la deslumbrante silva de las Soledades, en donde Góngora, desde el comienzo, ha empleado toda la gama (septetos, octavas-lira, sextetos desde luego...) En el Sermón estoico va a los antípodas del cordobés: tema moral, multitud de versos sueltos, eso sí, con parecida extensión.






 

Poesías de los últimos días

 POR EL PASEO DE LA CASTELLANA

por el paseo de la castellana,
acacias prunos catalpas algún
fresno..... alfombran con hojas el camino
este soneto irá sin rima triste
como madrid durante este noviembre
con tanta gente cabizbaja que
esconde su mirada y su sonrisa
aquí recuerdo que vivía Falla
cerca de juan ramón y aquí compuso
“La vida breve” lejos de su casa
antes de ir a parís solo queda
un corte inglés y una camisería
de lujo cambia el tiempo lentamente
mientras camino por la Castellana





MIRAR LA CALLE








银杏数
los gincos del retiro ya han dorado
al invierno se van desde el otoño
llenos de luz la hilera de castaños
cuelgan sus flores blancas los madroños
el parque de pandemias se ha olvidado
con sus cosas se va lo recorro
a los rincones voy donde ya sé
que recoge y mantiene sus tesoros
cerca andan galdós y campoamor
esperando que los niños hagan corro
los bancos llenos de viejos al sol
sol de noviembre limpio puro hermoso
en chino llaman a los gincos árbol
de las almendras engastado en oro













sábado, 14 de noviembre de 2020

lunes, 9 de noviembre de 2020

Micó


 

domingo, 8 de noviembre de 2020

Doró otoño....