Está siendo más que complicada la reconstrucción de la galería de retratos que pintó el vallisoletano (en algún lugar he leído que es segoviano, ¿alguien me lo confirma?) Bartolomé González (+1627), porque atraviesa unas cuantas lagunas y otras tantas confusiones. He estado haciendo investigación de campo en varios lugares, la que comencé en Italia hace un par de meses, me llevó al Museo del Prado, donde fui atendido gentilmente por Mercedes Orihuela –conservadora–; pasé luego por la sala Goya de la BNE –E. Vinatea y Concha Huidobro me guiaron–, tengo solicitados los archivos de procedencias –gracias a Enrique, el amabilísimo y competente archivero de aquella casa–, y he ido en busca de Gabriele Finaldi a la biblioteca del Casón, en donde también me atendieron debidamente y en donde también pude consultar carpetas de archivo.... Pero no he terminado de atar todos los cabos –nunca se atan todos– de manera que estoy como el artificio griego, "in media res", y creo que tendré que volver a retrazar el camino, que es algo que suele ocurrir con este tipo de investigaciones y aclaraciones.
Un caballero de la Orden de Santiago, ¿de Ribera? (Meadows Museum, Dallas) |
El tropiezo mayor es el que motiva estas líneas, pues como yo había sospechado hace tiempo las pinturas pierden, cuando pasan los siglos, parte de su circunstancias, y algunas de ellas tan importantes como la de quién es el retratado. Para el caso que nos ocupa, para el que me ocupa, esa ceguera histórica del cuadro afecta nada menos que: a don Francisco de Quevedo y al III Duque de Osuna, don Pedro Girón. Al no encontrar algunos de los cuadros más importantes que buscaba, deduje que de no haberse quemado, perdido, etc. –en cuyo caso se habría hecho inventario de esa calamidad– podrían ser cualquiera de los retratos de innominados que andan por ahí. Ya nos había ocurrido –a Mercedes Sánchez y a mí– hace tiempo con ese estupendo retrato de Ribera a un caballero del Hábito de Santiago (Ribera coincidió con el Duque de Osuna, que le protegió, y con Quevedo, en Nápoles), que ha de ser alguien importante, pero que no se parece a Quevedo "en la cara", a pesar de lucir sus atributos (gafotas, hábito de la Orden, mostachos....), el bastón de capitán general y otros detalles semejantes obligan a pensar en alguien de mayor altura oficial, a veces (Felton) se dijo que era el mismísimo Duque de Osuna, pero siempre me pareció demasiado viejo y corpulento. Ahora, con la aparición del auténtico retrato del Duque, se puede desechar esa atribución, aunque tampoco creo que pueda ser el Conde de Monterrey (virrey de Nápoles a partir de 1631). Lo dejo ahí.
Lo sorprendente es que la única representación pictórica del III Duque de Osuna, detrás de cuya ubicación y otros detalles ando, ya había circulado antes como la de un "caballero de la época"; es decir, se había perdido la noticia de que era don Pedro Girón. Así se reproduce el cuadro en varios lugares, aunque no en el catálogo los bienes de Osuna –que se encuentra en el Indice Histórico español y que, naturalmente, he consultado minuciosamente. Incluso así ha aparecido en la enciclopedia universal de nuestro tiempo, en google. La reproducción la he sacado de allí.
y con un escollo: en 1975, media docena de retratos de Bartolomé González colgaban de las paredes de la Embajada Española de Lisboa, que fue acosada y saqueada cuando la revolución de los claveles. Las fichas del Museo del Prado dan la mayoría de esos cuadros como "destruidos" (alguno como "perdido"); pero al leer la información periodística de la época no se dice taxativamente que se quemaran o destruyeran; mas bien pudiera tratarse de saqueo, en cuyo caso terminarán por aparecer en el mercado.
Se trata de los siguientes cuadros, de los que me gustaría encontrar fotografía en color; solo tengo lo que expongo:
–El Archiduque Carlos de Austria, cuñado de Felipe III.
–La Archiduquesa María Magdalena, cuñada de Felipe III, Gran Duquesa de Toscana
–Gregoria Maximilana, prometida de Felipe III
–La Archiduquesa Catalina Renata, cuñada de Felipe III
–La Archiduquesa María Cristina, cuñada de Felipe III, Princesa de Transilvania
–La Archiduquesa Leonor, cuñada de Felipe III
¿Alguien me puede dar noticia de ellos o noticia de su reproducción?
Como en las novelas policiacas, seguirá, pero con esta sorpresa final que no me ha dejado terminar la nota ni añadir los cuatro cuadros que faltaban. Ya veré cómo se arregla.
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Eso me pasó, y compré ese espacio.]Esta entrada ha tenido secuelas y desarrollo en entradas posteriores.
No son del siglo XVII, pero sí las he encontrado en mis álbumes de picasa no tan saturados como los tuyos aún, parece.
ResponderEliminarAlgunas caras conocidas por ahí.
Aquí ya indiscutible la identidad
Gracias, Julia... No conocía esas fotos del congreso de la AIH en París, con Nieves Baranda y Michel Moner.
ResponderEliminarBueno sería si las conocieras, porque no andan por ahí descarriadas y sin el nombre de su padre (o madre, en este caso): son de mi picasa, sacadas por mí y no públicas.
ResponderEliminarEvidentemente, ese retrato, indistintamente de se es o no es una obra identificable con la paleta de Bartolomé González, de lo cual, no estoy en disposición de ejercer atribución, sí tengo claro que no es el la efigie del Conde de Monterrey Don Manuel de Acevedo y Zúñiga VI conde y Virrey de Nápoles
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