Dime dónde estarás, te iré a buscar,
solo quiero dormir cerca de ti,
sentir tu compañía que me lleva
al silencio que ocupas en mis sueños;
que tus manos apaguen mis ideas
mientras las yemas de tus dedos cierran
mis párpados y miro la avenida
de los cansancios cómo se apaciguan.
Que no pase el amor ni la ternura,
vamos a ser así, como sentimos,
que la fragilidad nos emocione
y venga de los otros la alegría;
y que pueda decirlo sin vergüenza:
yo pienso en ti todos los días, todos.
Paz para ti y los tuyos.
ResponderEliminarPablo; ciertamente, los últimos dos versos de esta forma métrica dan mucho juego como elegante coletilla, como última palabra y para rematar un poema. Abundante y diaria producción poética la suya.Para el poco tiempo libre que me queda en estas vacaciones gramaticales para investigar en poesía,cual me recomienda con sinceridad ¿Sin embargo, Trizas bruces, Calcetines rojos o el año del ombligo?
ResponderEliminarEmilio, te escribí hace un par de días un correo, que creo que no has leído, para una de las visitas al Madrid viejo y literario; te le reenviaré hoy.
ResponderEliminarLos que escriben siempre piensan que lo último que han hecho es lo mejor; aunque no sea siempre cierto.
Brazos