Romance de los adioses,
canciones de rimas blancas,
versos para los inviernos
que apenas ya si se cantan;
de tanto intentar decirlo
temo que no digo nada,
que fueron engaña bobos
lo que se fue a las palabras.
Qué más da revuelve todo,
qué más da no quiere nada,
solo mira si el invierno
se ha agarrado a la ventana,
si aparecen los azules
cuando llega madrugada;
la lentitud se ha posado
y las horas se adelgazan;
rutinas de ciudad grande
en el refugio de casa.
Murieron los viejos sueños,
quedó la canción lejana,
chopin me resulta extraño
y tchaicosky me empalaga;
a veces se viene brahms,
y me asusta si se marcha....
Alrededores del frío
misterio impreciso pasa:
ha muerto de sed un ficus,
una hortensia se desmaya,
se han quedado sin abrir
regalos, paquetes, cartas...
y por desorden mayúsculo
no hay ni leche desnatada.
Atardeceres helados,
gélido esplendor del alba,
los pasillos de la noche
no esconden ninguna dama,
y la voz muy trabajosa,
tenue, frágil y harto extraña,
se confunde con el viento,
del silencio se acompaña,
parece un cantar de ausencias
cuando las luces se apagan.
Por fin el tiempo se acuesta,
por fin el tiempo se para,
y nos miramos de cerca,
y nos palpamos las caras,
dice que duerma tranquilo,
que los secretos me guarda,
yo le motejo de inútil
y le hago ver que me cansa.
Tiempo de invierno y la noche,
¿cómo salir de esta trama?
Iré al lugar de los sueños.
Ya veré lo de mañana.
No cantaré ya sus ojos,
se pierde lo que se canta,
y quiero guardar sus ojos,
quiero recordar su cara
para el viaje y los adioses
con maleta machadiana.
Ahora recuerdo que entonces
recuerdo entonces que estaba
pendiente de ver si acaso...
Adiós te diré mañana.
Ande "rapsoda" (?) no se sienta así, que nos pasa a todos; sobre todo con las plantas. A mí se me mueren en invierno. No entra ni un rayito de sol por estas ventanas.
ResponderEliminarMelancólico y sutil. Hay que sumergirse hasta dentro en la melancolía para luego resurgir. ¡Qué martirio el de "pendiente de ver si acaso"!, afortunados los que jamás lo padecen, que los hay; pero suena muy sencillo y bien, gracias.
ResponderEliminarQué fácil parece lo difícil.
... y que el "rapsoda" salga, se atreva, haga, se lance y se tropiece y se levante,
ResponderEliminar... (A mí me sobresalta la odisea de esta hormiga,
ahogada en una rosa.)
(Nicolás Guillén)
para usted
No existe el adiós difinitivo.
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