las huellas se desnudan en la playa
rumor virgen de mar para el que llega
las gaviotas sus alas se descalzan
y dibujan arañas en la arena
pasos son al azar del peregrino
en busca de saber y de frontera
nada da el horizonte a la mirada
lejos la vida va lejos las velas....
campos de mar y luz campos de viento
las olas a los pies la espuma enredan
su refrán suena a caracoles blancos
cuerpo que se reencuentra con la tierra
criaturas imprecisas las más frágiles
perdidas y desnudas las que piensan
Pablo, estas en Galicia? Suenas como las olas...
ResponderEliminarUn poema precioso, gracias a su buena inspiración y buen trabajo, que me recuerda a ...
ResponderEliminarAdán ante el mar
Adán iba sereno andando
Y de pronto se halló frente al mar,
Como si el mar hubiera salido a encontrarlo
Para maravillar sus ojos
Y llenarlo de espanto,
O para volverlo loco.
Adán con los ojos atónitos
Se quedó frente al mar,
Y era la Soledad que no lo sabe
Frente a la Inmensidad
Despreocupada de ser Inmensidad
...
Entonces, lleno de inquietudes
Como aplastado de grandeza,
Adán quiso volver a las partes serenas,
Sentir tranquila su alma,
Mirar las aguas quietas...
Y huyó como a un refugio a las montañas.
Y de quién es el poema, Anónimo. Me identifico con esa sensación de huir a la montaña. Al mar hay que respetarlo.
ResponderEliminarEs usted D.L?
Pues el poema copiado –yo no suelo decir estas cosas, pero como el comentarista es anónimo....– anda falto de pulimento o es una versión a la buena de dios. Me parece; por más que lo que pretende vaya hacia el mismo campo, claro.
ResponderEliminarPara Doña Chiqui (D.L.), del poema de Vicente Huidobro "Estrella hija de Estrella":
ResponderEliminarUn hombre dice estrella
Y hay un temblor en los espacios
Un hombre dice Mar
Y las olas se agrandan satisfechas
Un hombre dice Selva
Y los árboles comprenden su deber milenario
Un hombre dice Viento
Y todo se agita hasta la muerte.
Estrella yo no te pido tu destino
Ni exijo, mas aroma a la flor de la tarde
Yo quiero solo una amistad de anchas orillas
Un gran río profundo
Que embruje mi país
Y haga cantar las aguas dormiladas
Que siempre creen olvidar su vida.
La calle del azar
El punto mismo
Donde se encuentran los designios.
Para el rapsoda, de parte de anónimo: el poema arriba copiado es de V. Huidobro también, precioso para mí, tanto, que ni se me ocurre fijarme en el pulimento. Poder leer sus imágenes fantásticas y versos me parece una maravilla, saber que alguien pudo escribir así me parece asombroso. Puede que, por no ser yo poeta y, por tanto, menos exigente, tenga más capacidad y facilidad para disfrutar de la poesía en general que un experto.
Hace bien en decir lo que quiera en su cuaderno, ¡faltaría más!, con anónimos o sin ellos.
D.L
ResponderEliminarHe leído el poema completo. Me ha descubierto usted a un poeta por el que nunca he sentido curiosidad. Mi vanidad me puede. Voy a leer más.
Mi amistad la tiene. Ya le dije que me llevo bien con los Libra. Pero, por qué nos tenemos que encontrar aquí? Venga por mi casa que sedienta está de su buen sentir y decir.
Don Pablo sabe que soy buena anfitriona y generosa con mis amigos. Usted ya ha sido muy generoso con este blog.