Ayer, con un frío tremendo, iniciamos las visitas al Madrid histórico, y para hacer las cosas ordenadamente nos citamos en la explanada que se abre entre el Palacio Real y la Almudena, para comenzar desde las viejas murallas o desde el lugar que había sido el Alcázar. En otro momento me referiré ordenadamente a estos paseos, pues el de ayer, como era en compañía de tres jóvenes investigadores, iba a tener esa doble actividad que quiero dar a los paseos: conocimiento del Madrid histórico, pero también toma de contacto con posibilidades de investigación y estudios de su vocación filológica. Así pues, empezamos por entrar en la Biblioteca del Palacio Real y hasta nos asomamos al Archivo, lo que nos consumió prácticamente toda la mañana.
Salimos luego al Madrid navideño y nos desplazamos andando hasta la Biblioteca Nacional, donde continuamos con nuestra actividad; en ese breve intervalo eché una ojeada a la explanada de la plaza de Oriente, anduvimos hasta la cuesta de la Vega, vi las excavaciones árabe de la muralla, atravesamos la calle Sacramento, bajamos bordeando las Bernardas, pasamos por delante del lugar donde estuvo el estudio de López de Hoyos –la placa dice que allí estudió Cervantes; el hilo documental es muy fino– , les señalé desde la Plaza de la Cruz Verde la morería.... Todo muy rápido. Ya volveremos despacio.
Monstruito que se construye mirando –y tapando– la Vega |
Lo que quisiera señalar es que de toda aquella zona, remodelación, etc. lo que más me extraño es un monstruo blanco, inmenso, que alguien ha elegido para levantar justo delante de la Almudena, cerrando toda la hermosa vista velazqueña, la de la Vega, la de Casa de Campo.... Vistillas (las de San Francisco, antes, ahora otra cosa). No tengo ni idea de quién ni cómo se ha perpetrado esa barbaridad –una más– por la que el viejo Madrid sigue siendo agredido sistemáticamente, con el consentimiento (¿y apoyo?) de quienes tendrían que velar por estas cosas.
No tendría por qué lo nuevo destrozar lo histórico, sobre todo cuando se presume que no hay ni siquiera necesidad real ni función estética. ¿Qué es lo que entonces habrá impulsado a promotores, ayuntamientos y demás a esa construcción?
Si que es una atrocidad lo que han hecho con La Almudena.
ResponderEliminarFue un placer.Dentro de un tiempito, después de que halla finalizado mi arduo proceso de egurenización, ilustraré mi blog con un estudio acerca de los hermanos van der Hamen que espero que quede bien después de tal investigación aúlica a 4 manos.Muchas gracias por regalarnos un día tan literariamente perfecto.
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