Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

miércoles, 2 de marzo de 2011

Luisa de Carvajal, toda la documentación

Hay días en los que la investigación te concede, sorprendentemente, todos los resultados por los que te has estado esforzando durante mucho tiempo. Hoy ha sido, para mí, uno de esos días, en los que papeles, series documentales, legados.... han ido apareciendo, finalmente, en el lugar hacia el que uno iba encaminándose poco a poco. De manera que he logrado los autógrafos de Bartolomé Leonardo de Argensola, los votos "privados" de Luisa de Carvajal, el documento en el que se envía y recibe su cuerpo –de Inglaterra a San Sebastián, de allí a Valladolid, de Valladolid a Madrid....– las series perdidas de las cartas de Góndomar –el embajador londinense, el "Don Diego" de la correspondencia de Luisa– que finalmente se encuentra en tres lugares, (las series mayores)–, las cartas que ella recibió escritas en inglés, la nueva documentación sobre el Conde de Villamediana....
El volumen de lo que hoy he visto es superior a lo que puede admitir este discreto "cuaderno de pantalla", de manera que buscaré algún alumno aventajado que quiera pasar parte de sus primeras investigaciones con Luisa –no con mi novia portuguesa, claro; sino con la Mendoza– y nos ayude a comprender parte ese nudo histórico, que lo es. Y alguien que se ocupe también del Conde. Hay que ver qué disparidad –¿o no?– la vida mundana, arriesgada, siempre al borde de perderse por la intensidad de las emociones placenteras en el caso del Conde; e igualmente extremada, arriesgada, llevada hasta el límite de lo posible por la intensidad espiritual de Luisa de Carvajal.

Una de las  muchas redacciones de los votos "privados"
El nudo poético que despreciaba el mundo, se vestía con un "habitillo" humilde, no quería saber nada de ruidos mundanos y desde pequeñita se enfadaba si alguien le intentaba saludar con un beso, además de sustentar un odio visceral, agresivo, aparentemente inconciliable con sentimientos de piedad o misericordia,  a herejes, renegados e infieles (defiende, por ejemplo, la expulsión de los moriscos); pues ese mismo nudo sabía latín –no es un modismo–, componía versos con un pericia envidiable, había leído bastante literatura pastoril, pleiteba por los derechos de su herencia, conocía las mejores técnicas para conservar reliquias de cristianos descuartizados, tapando los poros con plomo.... y mantenía su vigorosa independencia mediante documentación meditada y redactada cuidadosamente para que nadie le pudiera reprochar su celibato y no haber profesado en alguna orden, que es a lo que le habían  destinado  y lo que el padre disponía en su testamento. 
Precisamente, en la entrega de hoy reproduciré algunas de las muchas copias autógrafas de sus "votos", que se suceden, ¡desde 1593!, en copias y copias, algunas, como las que reproduzco llenas de enmiendas y tachones, como si se tratara de un documento exquisito que necesitaba de una precisión cuidadodísima, al que Luisa dedicó muchísimo tiempo, y que fue matizando y enmendando en sucesivas redacciones, que alcanzan hasta el final de siglo (1593, 1596, 1598....) Me parece fuera de duda que tales enmiendas obedecían en bastantes casos a sugerencia de sus amigos y confesores los jesuitas, cuya rama femenina hubiera deseado establecer Luisa. Y sobre eso hay literatura.
La otra iliustración es para mi buen colega y amigo Jose –ahora en Filadelfia–, que tanto ha gustado de la historia de Luisa. Es un ejemplo de las cartas inglesas de su epistolario, que no sé si ha reproducido en su versión inglesa de la correspondencia; pero que Jose puede traducir para la completa versión castellana de su obra.
Publicaré el texto final de sus votos proximamente.



3 comentarios:

  1. Veo que te has enamorado de doña Luisa. ¡Pues yo que pensaba que el amor de tu vida era Santa Teresa!

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  2. Te puedo contestar con un precioso soneto de Quevedo.... en el que razona que son posibles los amores, en plural.
    Abrazos

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  3. Veo que tengo labores que me placen para el vernao. Ahora que me voy a NY con mi Luisa española, medio de vacaciones, me voy a hacer informalmente un panorama de la cuestión. Casi todo lo que he visto como te he dicho está en inglés. Ya te iré contando.

    Brazos

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