El 28 de mayo de 1616, como se lee al comienzo de este documento original, la madre Magdalena de San Jerónimo y el Obispo de Mondoñedo entregaron una carta a Rodrigo Calderón en la que el Rey –Felipe III– ordena que se le entregue el cuerpo de la "santa" doña Luisa de Carvajal, que se encontraba en el convento de Portaceli de Valladolid, para que sea llevado al convento de la Encarnación de Madrid. El documento describe el acto de entrega, previo derribo de un tabique y descubrimiento del féretro, con otras circunstancias.
Es interesante subrayar que se encontraban presentes los jesuitas padre fray Miguel de Valpolo y padre Cristóbal Grivado, el primero de los cuales reconoció el cadáver.
Procede de la documentación que se conserva en el Monasterio de la Encarnación, consultada a través de los servicios de documentación del Patrimonio Real.
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