Un viejo profe va por los pasillos
en medio de un tumulto de estudiantes,
cuarenta cursos y otros tantos años
hablando de Quevedo y de Cervantes....
No reconoce ya caras ni nombres,
de sus colegas nuevos poco sabe,
bastantes hay que fueron sus alumnos,
que evitan el saludo son bastantes.
Las odas de fray Luis, san Juan, Aldana....
¡cuántos versos sonaban en sus clases!;
mas ningún verso dice lo que siente
cuando recoge sus papeles, sale,
y recorre el pasillo lentamente
para irse cada día un poco antes.
El tiempo pasa para todos. Hay alumnas que quisieran seguir siéndolo siempre. Qué recuerdos, qué juventud.
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