y toda tu ternura para un perro,
al fin y al cabo con quien vives y hablas,
con quien te acercas un momento al súper,
con quien comentas series de la tele,
quien se acuesta muy cerca cuando duermes;
ni te insultó jamás, ni te amenaza
si algún día el espejo te entretiene
para enseñarte todas las arrugas,
los surcos que trazó el lento abandono
de ilusiones, de sueños, de esperanzas
que guardabas con tanto celo y que ahora
entregas cada día con cariño
a tu fiel compañero de paseos,
al que mejor te conoce, mujer.
al fin y al cabo con quien vives y hablas,
con quien te acercas un momento al súper,
con quien comentas series de la tele,
quien se acuesta muy cerca cuando duermes;
ni te insultó jamás, ni te amenaza
si algún día el espejo te entretiene
para enseñarte todas las arrugas,
los surcos que trazó el lento abandono
de ilusiones, de sueños, de esperanzas
que guardabas con tanto celo y que ahora
entregas cada día con cariño
a tu fiel compañero de paseos,
al que mejor te conoce, mujer.
Lo mejor de todo es tener dos, o tres... como yo he tenido. Y desde luego nada de mirarse al espejo.
ResponderEliminarPoeta, creo que nunca ha tenido un perro ni ha sido mujer, verdad?
en la reencarnación anterior, Chiqui, fui Ava Gadner; y mucho antes, recuerdo vagamente haber ladrado
ResponderEliminarMuy gracioso!
ResponderEliminarEnrealidad el soneto está inspirado por la gran cantidad de damas en esa condición, en un barrio de cerca del Retiro... no creo que se pueda generalizar. Y es algo literario lo que se dice, no es exactamente real-
ResponderEliminarEs uno de los mejores poemas que ha publicado Pablo últimamente. Por la visión a un tiempo despiadada y tierna. La clave, como tantas veces, está en la tradición (pinturas y poemas de damas con perrillo): el título la invierte y subvierte, para terminar con un endecasílabo excepcional, de métrica endiablada y cortante como su significado. Queda algún verso por pulir.
ResponderEliminarBueno, Pablo, ya tendrías que estar acostumbrado a mis puyas. Este sentido de humor tan granaino que tengo me pierde.
ResponderEliminarDon Javier , gracias por puntualizar.
Profesor, si enseñara por aquí y leyeran este romance le apuesto a que perdía el puesto. Vaya, yo estoy por despedirlo también; la alumna podría ser mi hija...Bueno, no creo que tuviera hijas tan bobas (ahora ríase...esto va medio en broma, eh)
ResponderEliminarMire lo que le ha pasado a Juan Williams por decir que se pone nervioso (como doto dios) cuando ve que un musulmán se monta en el mismo avión que él.
http://articles.cnn.com/2010-10-25/entertainment/ent.npr.analyst_1_npr-staff-juan-williams-fox-news?_s=PM:SHOWBIZ
ups! el comentario anterior iba con el romance burlon.
ResponderEliminarBello poema para escena tan desoladora
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