La primavera con paraguas viene
a llenar de humedad los lagrimales
de las hojas que brotan, caracoles
de agua sobre la flor de los rosales;
emoción simple, primitiva y dulce
de la lluvia que limpia los umbrales
del día, y quiere llegar a surcos,
donde siembre sus gestos germinales.
Agua que baja al barro de la tierra,
transparencia hacia cursos manantiales
que pintarán sabores en jardines,
descenso que laboran los panales
del tiempo y la tierra. Mañana de marzo.
El cielo se derrama en mil cristales.
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