La guerra, Gadafi, la guerra

Es verdad que el "coronel" Gadafi lleva muchísimo tiempo haciendo lo que le da la gana dentro y fuera de su país, apoyándose en el dinero del petroleo; es verdad que sus comentarios a las sublevaciones internas resultan burdas mentiras –"jóvenes drogados"–, y que ha debido armar hasta los dientes a milicias pagadas con ese mismo dinero, etc. La retahíla de verdades será muy grande, si por ahí seguimos.

Pero a la persona normalita que se le ocurra pensar en la situación del Mediterráneo, de Oriente Medio, de África.... y considerar la cantidad de lugares en donde esas mismas condiciones se han venido asentando en la complacencia de la europa culta y civilizada, o en el apoyo de la américa preocupada por los "derechos del pueblo", le resulta cuando menos sorprendente que una armada internacional, bendecida por la ONU, se lance a destruir las armas que ellos mismos vendieron a buen precio a los mercenarios de Gadafi. Se supone que la costosa operación, con portaviones, submarinos, bombarderos, etc. merece la pena en este caso y no la merece en los demás lugares, en donde se está produciendo exactamente los mismos o peores hechos.

Y Zapatero, en un viva la virgen espectacular, dispone que se envíen fragatas y aviones, y abre bases militares, para que una europa hipócrita y decacente conserve las despensas del petroleo. 

El secreto estriba en que nadie va a protestar, porque el personaje del dictador y la utilización de procedimientos violentos le han dejado muy mal parado ante la opinión pública. El único consuelo que nos queda es el de esperar que nadie se crea realmente lo de "salvar" a un "pueblo" oprimido y atacado –con las armas que vendimos a Gadafi, al que protegimos y consentimos mientras nos fue útil–; nos encogemos de hombros y pensamos algo así como "allá él". La voracidad mercantil de europa y américa esta vez va a cargarse a un dictador. Dejamos hacer. Pero no nos engañan.