Se llaman términos compensatorios
y jamás deberían asomarse
a los versos, pues van por otros lares,
eso dicen, e inyectan sobredosis
de ilusión y armonía en las discordias
del ajetreo diario, nutren sueños
y almacenan recuerdos no vividos,
entonces es cuando naturaleza
te suministra de gracioso modo
compensaciones antes despreciadas,
consideradas tan inofensivas
que nunca reparamos en si estaban.
Y es así que te he visto a mi lado.
Y así te estoy mirando cada día.
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