Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

jueves, 2 de diciembre de 2010

Reproches y ensaladas


Hoy me han insinuado que lo de este cuaderno es un disparate, porque se mezclan churras con merinas, y que hay... ¡hasta recetas de cocina!  Y me han insinuado que me centre quizá en la poesía, solo, porque patatín y patatán. Me ha recordado un poco las desviaciones de Góngora o Lope con respecto a Garcilaso, poeta puro, traicionado porque los de la generación mayor, que llevaron a sus versos escenas de calle, chistes, descripciones, romances viejos y nuevos... ¿Quién de todos estará más cerca de la vida y su complejidad? Como, a mi modo de ver, se sigue estrechando a la capacidad humana de ser, proyectar y cultivar, creo que la mejor respuesta que puedo dar es dar la receta de las granadas, que todavía, en algunos casos, penden de los granados más tardíos; y que se encuentran en los mercados, en torno a dos euros el kilo, por cierto, no muy caras. Item más, voy a sustituir sus perlas rojas, tan sabrosas, y tan preferidas por los pintores de bodegones, por una pequeña novedad, para cumplir con la variación y el avance: la sustituiremos por las semillas de goyi (lo suelen escribir goji).

Una ensalada de remolachas, que se pueden comprar, todavía baratas, en paquetes cerrados herméticamente, o en botes y frascos, siempre cocidas. 
Se empiezan por cortar en rodajas, más bien finas; se mezclan con una lata de anchoas en aceite de oliva, las anchoas cortadas en tres o cuatro trocitos, el aceite de oliva se riega por encima de la remolacha. Se añade media cebolla morada cortada en pequeños gajos. Se remueve, cuidando de no romper la remolacha. Y luego se siembra un queso blando cortado en daditos: los mejores serían los ácidos de Asturias, aunque también sirven los de Piedrafita e incluso los blandos gallegos y variedades de los frescos (el pata de mulo, pero es muy caro para una ensalada). Finalmente se añade media granada, desgranada, que yo he sustituido por las bayas de Goji. Se vuelve a regar todo con abundante aceite de oliva (a ser posible picual) y un buen vinagre de jerez (mejor que el balsámico, tan de moda ahora).
Se conserva bastante bien durante una semana o así.

El bodegón que reproduzco, al final, es de Antonio Ponce (s. XVII).
Mañana expondremos algunas fotos de la nieve en la meseta sur; y probablemente vayamos a algún tipo de planteamiento sobre el minimalismo en gramática.




En honor de uno de mis comentaristas anónimos –en honor de todos, desde luego– reproduzco otro bodegón de Van der Hamen, en el que los frutos están picoteados por pajarillos; en otro caso es una ardilla la que, al morder las frutas, genera colores nuevos. En ambos cuadros se trata de colecciones privadas.

 

3 comentarios:

  1. Mira que no comprar granadas! Es usted un poquillo tacaño...Y encima nos pone ese hermoso bodegón.

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  2. ¡Las granadas, mi fruta favorita!, tan favorita que siempre las tomo solas y, si acaso, de postre, con un gran chorro de buen vino tinto (sin azúcar, nunca) y ¡están riquísimas!.
    Además las granadas son los frutos más bonitos que existen, parecen rubíes y sacian la sed, la de justicia y las otras.
    Espero que no suela guardar ensaladas para ¡una semana!, sólo comería entonces sabor pero no le alimenta nada porque las vitaminas se esfuman rápidamente. Tómelas del día, aunque sea más trabajoso. No todo es llenar el estómago, hay que aprovechar las propiedades de frutas y verduras, que son medicamento natural. Bastante tardan ya en llegar a nuestras manos después de la recogida para que encima las dejemos hechas ya y sin comerlas.
    Y hablando de verduras ... ¿quién es el repollo que le insinúa que ponga sólo poesía en su cuaderno?.
    Tiene páginas de relatos, de maldades, de cocina ... que parecen más poesía que algunos de sus versos, además los relatos y quejas le suelen salir extremadamente bien.
    Esperemos más reflexiones por su parte de la vida, en prosa, y más recetas.
    Gracias por el bello retrato de mi fruta favorita.

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  3. No, nada de centrarse ni de hacer caso a tristes preceptistas que no entienden que lo justo es lo que da gusto (si me permite la referencia obvia).

    ¡2 euros el kilo de granadas! en proporción y sin pensar en el cambio atroz que no nos favorece, parece baratísimo desde este lado del atlántico. Cómprelas por quienes no las vemos casi nunca.

    Las remolachas me encantan siempre, pero en una ensalada tibia sólo con atún enlatado, huevo duro y papas, son fantásticas.

    Las conversaciones de mozas de cocina también le viene bien a este cuaderno. Dígaselo a quienes insinuaban otra cosa.

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