Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

lunes, 6 de diciembre de 2010

Receta secreta

Secreto, secreto, secreto. Esta vez si que he "robado" una receta, y de algo tan simple que casi me avergüenzo, pero es que a mí no me salía y a la persona robada sí, con una facilidad que era irritante; de manera que le he obligado a hacerla presencialmente, nada de teorías ni de "le pones, le quitas, le añades"; delante y de cabo a rabo.

Se trata de un simple bizcocho, pero cuyo resultado es una especie de entre bizcocho y tarta cremosa, en principio con los ingredientes típicos de cualquier bizcocho; el proceso, sin embargo, de tal modo –y rápido– que el resultado es espectacular y admite el base de tarta o el bizcocho historiado, al que la imaginación puede añadir almendras, nueces, gajos de mandarina, trocitos de mazapán, frutas.... Ya se sabe que la imaginación es la que nos salva de la rutina. 

Las ilustraciones muestran: en cuenco de cristal, tres huevos batidos con un vasito de azúcar (recomiendo fructosa para los que no quieran tanta glucosa), un yogur (puede ser desnatado, de sabores, con trocitos de, etc.), un vasito de aceite de oliva y otro vasito de cacao en polvo (recomiendo que sea de calidad, por ejemplo Valor, que lo es). Al final se añade un vasito de harina de buena calidad y un sobre (bastaría con medio) de levadura. Todo al microondas a máxima temperatura (220º), tapado con tapadera de plástico que respire (se compran fácilmente en los chinos). Solo seis minutos (es importante). Se saca y se da la vuelta, para que la parte cremosa quede arriba y se pueda extender e igualar con un cuchillo.







11 comentarios:

  1. ¿Exactamente, cuánto es un vasito? 25 cl, un vaso de agua medio lleno, 1/3... Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Todo iba por la misma medida, y se utilizaba la medida del yugurt, es decir el mismo contenedor del yugur, para rellenarlo de aceite, de cacao, de azúcar o de fructosa.... Tres huevos, cremoso por arriba; cuatro huevos, mucho más cremoso, pero con tendencia a deshacerse. Soy un experto, se ve.

    ResponderEliminar
  3. ¡Vaya, un nuevo Pessoa!

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias. Así está todo más claro. (Por engaño mi pregunta seguió como "anónima".)

    ResponderEliminar
  5. IAB, ¿Qué hace la foto de Don Pablo en su "perfil"?
    El pastel estará riquísimo pero tiene una pinta un poco...vamos, un poco sospechosa.

    ResponderEliminar
  6. No entiendo, Chiqui: no soy yo quien está haciendo el pastel ahí; yo soy el fotógrafo que espía.

    ResponderEliminar
  7. Lo sospechoso no es la pinta del pastel sino la puesta en escena que ha hecho el fotógrafo, así el pastel no luce nada. Para un libro de cocina aún no le van a contratar, ¡y mira que hace buenas fotos para este cuaderno!. El cocinero le va a zurrar por sacar tan poco partido de una cosa tan rica.

    ResponderEliminar
  8. Ya he corregido lo del IAB que fue impericia cuando colgué lo del pastel... desde Albacete, de donde eran los pasteleros. Ahora entiendo el comentario de Chiqui. Gracias, gracias. Yo siempre doy las gracias dos veces, porque una ya está gastado.

    ResponderEliminar
  9. Lo de Pessoa iba por su nueva doble personalidad pero veo que ya abandona a IAB. ¡Qué recetas tan modernas hacen en Albacete, con microondas!

    ResponderEliminar
  10. Espero que los albaceteños no se enteren de ese comentario; me ha resultado una ciudad sorprendentemente moderna.
    En cuanto al microondas, a mí no me gusta ese artilugio para cocincar....; pero hay que condescender aquí como en todos lados, anónimo.

    ResponderEliminar
  11. ¿Por qué les iba a molestar el ocmentario a los de Albacete?, vaya cosas de malo tiene usted. Va a tener que ir cambiando el nombre del cuaderno a este paso.
    Pues es que se imagina uno Albacete como una ciudad más amable y pequeña que las grandes ciudades, se imagina un sitio donde se tiene tiempo para recrearse un buen rato haciendo dulces sin prisas, sin microondas y que, después de comerlos, tranquilamente, aún queda tiempo para disfrutar de la vida y de todo lo que a uno se le ocurra. En las grandes ciudades no da tiempo ni a que a uno se le ocurra algo. Sus vecinos próximos de Alicante ya tienen algún pueblo incorporado al movimiento de Slow City.
    Destierre el microondas que no va bien para la salud y vaya algo más lento, en todo.

    ResponderEliminar