Porque, en efecto, uno puede no decir cuál será su voto, y puede mentir o no mentir, etc. ya que el voto “es secreto”: se vota sin que nadie mire nuestra papeleta; pero que sea secreto, que uno pueda votar sin que nadie le moleste, ni le comente, ni le abrume...., no quiere decir que uno no lo diga. Y yo quiero decirlo: voy a votar tanto en las municipales como en las autonómicas a Izquierda Unida.
Y luego: eso no significa que el retablo de mis santos y el evangelio de mis ideas se cumplan majestuosamente en esa formación política, por un lado; y por otro, y más grave: tampoco quiere decir que con mi voto yo sancione –como todos los que votan– el estado de cosas, la situación, el sistema, el precio del pan, la subida de la gasolina, la comunidad financiera europea, la expulsión de los emigrantes, las primas de jubilación en los consejos de administración, las declaraciones del gobernador del banco de España, el telediario de la 1, el final de la copa de europa, el burka o la ablación de las mujeres, las resoluciones judiciales variadas y contradichas de los tribunales, la corrupción en la universidad, la poesía de gabriel y galán, los mendigos ambulantes, los escaparates de loewe y purificación, los campamentos de rumanos, las consumación del amor en las praderas del retiro, la beatificación de woytila, la venta de acciones de repsol, el festival de cannes, los partos naturales, la nueva marca de gaseosas de la compañía coca-cola, etc.
Quiere decir, como es obvio –pero lo obvio necesita recalcarse– que lo que más podría acercarse a lo que imagino como el edén social –en donde paz, riqueza y justicia van de la mano– es lo que, en el maldito sistema social que nos oprime, suelen opinar quienes militan en Izquierda Unida. Y con argumentación desde perspectiva contraria: tampoco quiere decir –como nos remachan una y otra vez los burdos políticos que vocean– que no me parezca de perlas lo que de vez en cuando pregonan en sus peroratas los unos y los otros: hasta esperancita aguirre exige y –no sé si con boca pequeña– defiende que la casa sea suficiente para que la deuda de un hipotecado se termine y no se alargue hasta venderle los hijos, la tumba, las uñas y los eruptos. Yo aplaudiría a esperancita un poco, solo un poco, porque iría más lejos en este asunto: iría con la caballería montada del Canada contra los bancos y las hipotecas, hasta el infinito y más allá. Como no puedo, pues lo que dice esperancita es lo bueno de este valle de lágrimas; aunque no esté de acuerdo con muchas de las restantes proposiciones, que son también las de las malas compañías con las que anda. Allá ella.
Y no se puede hacer más en este preciso momento, además de aplaudir a la plurimanifestación del otro día, a propósito de la crisis y el sistema, prácticamente silenciada por los llamados “medios”, como me comentan algunas gentes, aunque hoy ha aparecido en el telediario de la primera.
La otra opción, la de no votar y dejar el campo, es una opción dramática, final, o ya de estar de vuelta definitivamente de todo, de tirar la toalla: es la opción, por ejemplo, de millones de norteamericanos durante décadas.... ¿Lo sabe la gente? ¿Sabe que en las elecciones del país mentado hay más de un 60% de población que no vota? Los otros poquitos organizan el país y el mundo. Sin comentarios.
Ilustraciones de las manifestaciones de ayer acompañan esta entrada. Ojalá de la protesta se pueda pasar a la organización y a la resolución, a la toma de medidas concretas, algunas o bastantes de las cuales, resultan ya clamorosas: los suculentos y escandalosos sueldos, primas y privilegios de las clases financieras y empresariales (¿no sirven para eso los impuestos?), la reducción del gasto militar, la drástica reducción de cargos administrativos, políticos, etc. en ayuntamientos, comunidades, estado, etc.
Remito a una página muy interesante al respecto:
Elegir lo menos malo cada cuatro años y aguantar lo que venga después, a esto se reduce nuestro sistema democrático, ese del que nos sentimos tan orgullosos. Como reza un lema de la manifestación de ayer "me gusta cuando votas porque estás como ausente".
ResponderEliminarVarios puntillas Pablo:
ResponderEliminarHipotecas: Ese que dices es el otro sistema, parece que funcionando en varios países y sin problemas, aunque claro, nadie da duros a cuatro pesetas. Me explico, las hipotecas "asequibles" (tipos bajos de interés), serían inasumibles por la Banca en esas condiciones, por lo que elevaría los tipos de interés, lo que significa que no todo el mundo podría acceder a casa propia, seguiría viviendo de alquiler. Imagino que con un sistema así sería más justo para el que pasa una crisis económica ya que no le lastra para los restos, pero la construcción se vería reducida al disminuir la demanda de nuevos pisos. Recuerda que en este puñetero país el motor de la economía es la construcción y el turismo (a veces unido sobre todo en la costa), no fabricamos nada o casi nada para exportar.
Como alguien dijo no se hace una tortilla sin romper un huevo. Yo estoy de acuerdo en que hay que romperlos pero con mucho cuidado, que la yema no se rompa, no sé si me explico.
IU: Caen bien, su discurso desde siempre me ha parecido bienintencionado, consecuente (dejando al margen sus opiniones sobre Ceuta y Melilla), lo que no tengo tan claro es que tengan esa mano izquierda (a pesar de su idiosincracia) para ir reformando el sistema poco a poco. Ni siquiera que puedan hacerlo aún gobernando con mayoría absoluta. En todo caso me los imagino como elefante entrando en cacharrería, hay que cuidarse de los enemigos, pero hay que cuidarse más de los amigos con buenas intenciones, de éstos nunca sabes por donde te van a llover los golpes.
Esperanza Aguirre: Dudo mucho que haga lo que dice, es electoralista hablar de las hipotecas en el sentido que lo hace, pero si llega al poder ¿de verdad crees que haría algo para considerar saldada la deuda con la entrega de la vivienda?
Acabo de escuchar en la RNE que criticaba a la República, donde varios de sus "pensadores" se vieron obligados a emigrar para posteriormente dar todo su apoyo a Franco. Si se hubiera quedado en la primera parte de la frase pues hasta hubiera quedado bien, pero esa segunda parte velada en la que defiende a la dictadura huele a tufillo que apesta.
En fin, todo es muy complicado. Nada es tan sencillo como elegir la opción correcta, porque la opción correcta simplemente no existe. Nos limitaremos a representar la pantomima de la democracia cada cual lo más de acuerdo posible a sus ideas, nos daremos unas palmaditas en la espalda para felicitarnos por nuestra fortuna de poder elegir al próximo mesías y, si tiene la suerte de que la economía se porta bien y le echa un capote, al que salga lo tendremos para rato, si no, que Dios nos coja confesados