Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

viernes, 13 de mayo de 2011

De lo que se ha perdido y de lo que puede pasar

Durante unas 48 horas el sistema "blog" ha estado estropeado; las dos últimas entradas, una sobre métrica y otra para dar noticia de un libro sobre la imprenta en Toledo, se han perdido. 
Esta situación ya se ha comentado en otras ocasiones: los blogs, y supongo que otras muchas actividades a través de la red, proyectan y facilitan enormemente la creación, la comunicación y la participación  sin fronteras, algo tan extraordinariamente positivo que no merece más que encomios, y desde luego apoyarlo y defenderlo.
El sin embargo viene de que todo eso está en el aire, y en un aire que no es el de cada participante o creador, sino de empresas –supongo– de tipo internacional, de manera que una avería –o una determinación provocada por otras causas– en esa empresa puede barrer la actividad de millones de personas en todo el mundo. Está claro que no es una exageración.
Habrá que ir pensando cada vez con más cuidado en qué consiste el universo que nos rodea y en el que hemos entrado con todas nuestras fuerzas, pues tiene implicaciones y ramificaciones que atañen a demasiadas cosas.

De hecho la cuestión de la información y de la red es tema mayúsculo, de esos que habría que estar considerando continuamente, como algunos otros de los que acucian últimamente:
– La energía nuclear
– Los terremotos
– Las revueltas en el mundo árabe
– Le emigración....

Yo creo que el ciudadano normalito tiene sus preguntas, a las que pocas veces se le contesta directamente o que pocas veces salen a relucir en los debates oficiales.

Verbo y gracia: ¿De verdad queremos que los países árabes, los ciudadanos árabes, vayan hacia una "democracia occidental", es decir, como la que dicen que produce el estado de bienestar en Europa? Países encerrados en redes financieras –el nombre adecuado es "capitalistas", lo sorteo para no asustar–, en las que  la desvalorización va arrinconando cualquier modo de vida que no se asiente en el consumo y en la que cada vez son más efectivos los sistemas de exclusión. 
¡Qué oportunidad, si se libran de generales, emperadores, caciques, dioses, fanáticos, banqueros, fabricantes de armas...., qué oportunidad de alcanzar otro modo de vida antes de recluirse en los inmensos guetos de los países que ya tienen dueños!

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