Con sílabas de lluvia susurradas
los versos dejarán sobre las sienes
lo que querrían ser cuando termine
su silencio de gota trasparente,
luz húmeda que tanto sabe nada
del mínimo lugar donde se muere
atravesó parajes de los sueños
y cegó en los rincones de la nieve;
entonces qué gemir ni hacia qué dónde
dulces gacelas de animal que hieren
si el día que vendrá sin madrugadas
nunca supo que fue lo que se pierde.
Amarillas las lunas desganadas,
para que puedas descansar se ofrecen.
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