No todo es arte en Nápoles, aunque quizá sea lo que más abruma, porque se da, está, con tal abundancia y de tal modo integrado en la vida civil y cotidiana que no resulta fácil asimilarlo. Mucha gente vive en casonas inmensas o en palacios; cada unas cuantas manzanas aparece una iglesia, una imagen, un oratorio, que conserva cuadros, esculturas, elementos decorativos.... El inventario de los bienes culturales de Nápoles, si es que se ha llegado a completar alguna vez, ha de ser una verdadera enciclopedia.
Y yo lo que hago es deambular y asimilar lo que me cae a mano cuando estoy realizando mis propias pesquisas quevedianas e históricas.
Hoy por ejemplo he ido a la búsqueda de un original de un mapa de Alexandro Barreta de Nápoles, que en algunas reproducciones que he visto lleva el año de 1629, es decir, muy cercano a la estancia de Quevedo en esta ciudad (1613-1619). Sé que hay copias (¿de impresos?), en la British Library, por ejemplo –y ya he pedido una, que me van a enviar–, que creo posteriores; como no puedo entrar en esa documentación, que es secundaria en mi caso, pues he buscado, como digo, la fuente original. Y la he encontrado: estaba en el Palazzo Zevallos Stigliano, institución bancaria que se encuentra en la Vía Toledo. Allí me he encontrado con un banco suntuoso –mármoles, forjados y dorados, inmensas lámparas de cristal, pinturas exquisitas, y una galería de arte....– y en efecto allí estaba el mapa, colgado en una pared, que no se permitía fotografiar. Un poster había, que no me sirve, pues viajo como filólogo, precariamente, sin condiciones para trasportarlo bien. Lo curioso es que al Palazzo exponía "por primera vez para todo el público napolitano" el último cuadro de Caravaggio, el martirio de Santa Úrsula, pintado probablemente en Nápoles en 1610. No lo reproduzco porque no pude fotografiarlo, como dije, y tampoco tengo una imagen buena. Ya la buscaré.
Otra vez las fechas se me juntaban: el Orfeo de Monteverdi (1609), Santa Úrsula (1610) de Caravaggio, Galileo, el segundo Quijote.... Es el universo de Quevedo, que entonces deja de redactar España defendida y elabora un cancionero que va a llamar Heráclito Cristiano, entre otras cosas. Y viene a Nápoles. Sin duda se alojará, con el duque de Osuna, en Castel Nuovo, y desde las torres y alturas del castillo verá terminar la fachada del Palacio Real. Hoy he visitado ambos lugares.
Plaza "Caritá" |
Se me va, nuevamente, el comentario a la historia, cuando yo lo que quería era hablar del otro arte, por ejemplo de cómo exponen sus artículos los miles de vendedores callejeros, con arte; entre las varias fórmulas que se han inventado, son las más curiosas las que utilizan hábilmente los paraguas abiertos como mostrador y las que ocultan cochecitos de bebé; pero hay más. Estas dos han alcanzado incluso un cierto grado de refinamiento: los paraguas se apoyan en un trípode y se eligen los de colores uniformes y vivos que hagan resaltar las baratijas.
Todo es arte.
Mañana me iré al sur.
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