NO he querido que se pierdan conmigo algunas de las fotos que he desenterrado de EDAD DE ORO y que pertenecen a uno u otro seminario; muestras gráficas en esas fotos (de arriba a abajo), de Antonio Armisén (presidiendo la mesa) que habla con Dolores Noguera, frente a Carmen Valcárcel (con el codo en la mesa) frente a Florencio Sevilla (con corbata), frente a Angelina Costa (hoy catedrática en la Universidad de Córdoba), en mesa que rematan Antonio Rey y Ángel Gómez Moreno.
En la segunda, preside la mesa Carmen Gallardo, que está a mi lado (fumaba en pipa), rodeado por Martín Muelas, frente a Antonio Rey. Joaquín González Cuenca (en el centro) habla con Teodosio Fernández (enfrente) y remataban la mesa Angelina Costa y Carmen Valcárcel.
Y en la tercera de esta primera serie, estoy hablando (de espaldas) con Harry Sieber (de la John Hopkins) y Elias Rivers (de Stony Brooks); al fondo, varios de mis fieles, queridos y recordados colaboradores.
La primera foto de la segunda serie lleva en primer plano a Mario Hernández, que tiene al lado a Ana Cruz (Universidad de Chicago, entonces) y a Pierre Civil (Sorbona).
Debajo, Rafael Alberti habla a Mario Hernández ante el grupo de alumnos organizadores.
Finalmente, en la tercera, la mesa que preside Carmen Gallardo, flanqueada por una excelente alumna –no doy los nombres de los alumnos, porque no sé si lo desean–, al lado de Antonio Rey y de A. Costa, que están frente a Lina Rodríguez Cacho y Ángel Gómez.
En la tercera serie, que solo incluye dos, yo mismo voy hablando con James O. Crosby (Florida University), detrás se ve, caminando, a Mercedes Sánchez; los tres estamos en la Universidad de Navarra. Debajo, un recital poético, también con motivo de EDAD DE ORO, en el salón de actos del Círculo de Bellas Artes, con Mario Hernández (que enciende un cigarrillo), Luis Alberto de Cuenca, y Carlos Piera.
La galería sigue con una foto en Córdoba (también de congreso de Edad de Oro) en la que yo mismo estoy con dos prestigiosos profesores americanos, A. Trueblood y J. Crosby. En la de al lado, Pedro Rojo, que ya trabajaba en el Seminario, explica cómo era un libro antiguo a alumnos del Seminario.
Se sientan a la mesa en la de abajo Ángel Gómez y Trevor Dadson. Siguen, ahora a pie, Harry Sieber y MIguel Marañón. En tanto que Lía Schwatz es la figura que mejor se ve en la siguiente, delante de Delia Gavela (de rojo).
Las dos finales nos enseñan, la última, el acto de clausura con la charla de Rafael Alberti, en mesa en la que se sentaban Paloma (alumna organizadora), Domingo Ynduráin, Teodosio Fernández, yo mismo, y Mario Hernández. La de arriba, en la cena tradicional de Cuenca, que cerraba el seminario, muestra a Alan Deyermond hablando, le escuchan Agustín Redondo, Agustín de la Granja y Teodosio Fernández.
Y así se termina este camino, concesión al chismorreo y, para el que quiera, la nostalgia. Yo me quedo con un lema que abre la página, que he leído y me he traído hoy del Museo de Arte de Móstoles:
NO ES EL PASADO SINO EL FUTURO LO QUE DETERMINA EL PRESENTE
Que bien, ver a tanta gente conocida, con unos anitos de menos y fumando!
ResponderEliminarEstrella sin acentos.
Oye, ¿de dónde sale el lema? Es que es muy de psicoanálisis.
ResponderEliminarEra parte de la exposición del Museo de las Artes en Móstoles, que corresponde al cartel de arriba, Gemma.
ResponderEliminarNo, si eso ya. Me refería a si tenía autor. Me ha llamado la atención porque es uno de los supuestos de la clínica psicoanalítica, y de repente me he dado cuenta de que no sé si la frase la dijo alguien concreto o qué.
ResponderEliminarGemma, tengo una jauría de exámenes ladrándome en la mesa y no puedo mirarlo despacio, ¿lo miras por mí?
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